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No soy politólogo, ni sociólogo, ni historiador, ni crítico literario, ni músico. Aunque les confieso que me gustaría ser algo de todo lo que mencione. Si puedo decir que soy escritor y quizás a través de mis palabras pueda de algún modo aproximarme a lo que no soy.

9 jun 2010

DE HISTORIA E HISTORIADORES, parte uno

Me tomé el atrevimiento de rescatar del foro Historia y Política de http://www.critica.webege.com una charla con mi amigo Moyocoyatzin sobre Historia e historiadores. Me pareció muy interesante trasladar a este blog las ideas que allí se desarrollan. Espero que esta conversación entre amigos resulte de su agrado e interés: MOYOCOYATZIN: Sí Eternauta. Creo que estoy de acuerdo con lo que dice este historiador. Pero mi opinión no es más que la verdad histórica. Que yo mismo me crea lo que dice este autor o aquel otro no determina la verdad histórica. / Para conocer la verdad histórica es imprescindible ser completamente neutral. Como un periodista, debemos indagar los hechos y buscar las fuentes más fidedignas, los actores y testigos de la escena. Y claro, es necesario hacer un balance, un análisis del medio ambiente en el que se desarrollan los hechos, pero el énfasis de la investigación se centra en la evidencia histórica. Recuerda que al llegar al lugar de los hechos has encontrado un cadáver. Y todos los presentes son "inocentes". Por la tanto al "escuchar"su relato debemos agudizar el oído y desconfiar de sus elogios y de sus culpas. La historia rara vez es un blanco y negro; siempre hay matices y colores difusos que hay que resaltar tan sólo lo necesario como para no opacar con su brillo otros aspectos de la realidad, otros tintes. / A veces encontramos a muy elocuentes historiadores, que con un hábil manejo del lenguaje, campeones de la oratoria, son capaces de mover la opinión pública en una dirección predeterminada...cuidado...no siempre gana el que tiene la razón. Eso sólo pasa en las películas de Hollywood. El historiador, como el periodista, debe ser una persona muy aguda...audaz!, capaz de olfatear, intuir, merodear, recelar, antes de dar su propia opinión. Debe desconfiar de sí mismo antes que de nadie para ser lo más neutral posible a la hora de rastrear las evidencias del pasado. Es una tarea hermosa la del historiador. Creo que me hubiera gustado dialogar con algunos historiadores a quienes admiro. ETERNAUTA...: amigo Moyocoyatzin, has tocado algunos nervios sensibles del trabajo de historiador. Es verdad, hay muchos que escriben en gran forma, casi hipnótica y te hacen creer rápidamente que su versión de los hechos es la verdadera. Por otra parte, hay otros que se esfuerzan por escribir de manera brillante, académica, pero la historia contiene muchos procesos complejos que hacen necesario que su lectura sea lo más accesible posible para, justamente, facilitar los procesos de comprensión e interpretación. Tampoco es conveniente irse al otro extremo, puesto que un estilo de escritura pobre y análisis superficiales de los procesos históricos, lo único que logra es alejar la Historia de los interesados en aprenderla. / Has empleado unos términos, neutral-neutralidad, que bien podríamos sustituirlos por objetivo-objetividad y no estaríamos atentando contra la esencia del argumento, de la idea que buscas exponer. / Sin dudas que el trabajo del historiador, del buen historiador, ha de ser fascinante, ya que requiere de sacrificio, intuición, inteligencia, rigurosidad metódica y, claro está, de pasión, para llevar a buen puerto sus investigaciones. La neutralidad aparece como un noble ideal que debe lograrse. Pero aquí yo también suelo pensar que la neutralidad/objetividad es prácticamente imposible de lograr y que ello no necesariamente debe representar un obstáculo para aquellos que pretenden aprender Historia.