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No soy politólogo, ni sociólogo, ni historiador, ni crítico literario, ni músico. Aunque les confieso que me gustaría ser algo de todo lo que mencione. Si puedo decir que soy escritor y quizás a través de mis palabras pueda de algún modo aproximarme a lo que no soy.

6 sept 2010

GOBIERNO, CORPORACIONES Y SOCIEDAD

Escribió María Seoane en su editorial de Caras y Caretas de agosto de 2010: "Y otra vez, como cada año, la Sociedad Rural exigió que la política esté de rodillas frente a las corporaciones, en este caso la agroganadera, para que pueda zafar de pagar retenciones por exportación". Suena muy duro semejante afirmación, no? Pero es la realidad que muchos quieren no ver o no saben apreciar. Continúa Seoane: "(Hugo Biolcati)Se refirió al gobierno como "confrontativo, soberbio, intolerante y arrogante". Los ruralistas pusieron en vilo al país, desabastecieron y además produjeron un incremento en los precios de los alimentos de los argentinos pero se consideran humildes y tolerantes. También advirtió, al referirse al gobierno elegido por millones de argentinos: "Son sólo un episodio pasajero" en dos siglos de historia. Lo dijo claro: los gobiernos pasan y los oligarcas quedan. Esa ideología de ser dueños del país estuvo en la base -y no nos cansaremos de repetirlo- de cada uno de los golpes de Estado y de las mayores tragedias económicas y políticas de la Argentina". Es que las corporaciones tienen su razón de ser en la defensa de sus intereses particulares, sectoriales. Y muchas veces no importa que esos intereses atenten contra el bien común, contra los intereses de la mayoría: todo es válido para hacer prevalecer los intereses corporativos. Lo dice muy claro Seoane en su editorial: "Lo que piden siempre desde la Sociedad Rural es impunidad para lucrar. Y sí, la democracia molesta. Molesta que haya gobiernos que no cedan a las corporaciones. Molesta el voto universal, secreto y obligatorio que elige gobiernos que no responden a la Sociedad Rural. Molesta la Argentina plebeya del siglo XX: quieren volver a la del Centenario". Una manera de contrarrestar el poderío corporativo es la alianza gobierno-sociedad.