BIENVENIDOS

No soy politólogo, ni sociólogo, ni historiador, ni crítico literario, ni músico. Aunque les confieso que me gustaría ser algo de todo lo que mencione. Si puedo decir que soy escritor y quizás a través de mis palabras pueda de algún modo aproximarme a lo que no soy.

30 sept 2010

INTRODUCCIÓN de LOS MITOS DE LA HISTORIA ARGENTINA, por F. PIGNA, parte 2

Así, para muchos argentinos hablar de la dictadura o el menemismo no es hacer historia sino política, como si ambas disciplinas pudieran separarse y prescindir una de la otra. / Resulta interesante destacar el valor didáctico y formativo que tuvo y tiene el inculcar este concepto de la historia y, por ende, de la política. En esta concepción de que la política es para los otros, que la hacen los otros y que la "gente común", por carecer de coraje, aptitudes y -últimamente- audacia, debe abstenerse, podemos encontrar -en parte- las raíces del "algo habrán hecho". En un país que ha vivido gran parte de su historia bajo dictaduras o democracias fraudulentas, restringidas o vigiladas, el compromiso político difícilmente puede ser visto como un hecho positivo. / Es notable cómo uno de los temas más tratados en las clases de ciencias sociales o de historia - por las que más del 90 por ciento de la población del país ha pasado alguna vez-, la Revolución de Mayo, no llega a ser comprendido por la mayoría de la gente en toda su dimensión social, económica y, sobre todo política. Algunos manuales siguen repitiendo frases sin sentido, como: "Mariano Moreno era irascible y Cornelio Saavedra temperamental". Como es lógico, podrían invertirse el orden de los calificativos y nada cambiaría. Los calificativos personales ocupan el lugar de la necesaria clasificación ideológica, la distinción partidaria, los distintos intereses defendidos por cada uno de ellos, los intereses contrapuestos que explican el conflicto que concluyó con el alejamiento de Moreno y su "misteriosa muerte en altamar". / La imagen del prócer absolutamente ajeno a la realidad es una imagen útil para el discurso del poder porque habla de gente de una calidad sobrenatural, de perfección, de lucidez, virtudes vedadas a los simples mortales. {continúa}