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No soy politólogo, ni sociólogo, ni historiador, ni crítico literario, ni músico. Aunque les confieso que me gustaría ser algo de todo lo que mencione. Si puedo decir que soy escritor y quizás a través de mis palabras pueda de algún modo aproximarme a lo que no soy.

28 mar 2011

SECRETOS PELIGROSOS, 2da parte: amigos

Roberto, Mariano, Pablo y Ricardo se conocían desde los primeros años de la escuela secundaria. Puede decirse que si algo tenían en común fue el bajo perfil, más tímidos Roberto y Mariano, más conversadores Pablo y Ricardo, pero los cuatro formando un grupo que se diferenciaba del resto del curso. Ninguno de ellos tenía un pasar económico distendido, todo lo contrario: muchas veces habían experimentado la sensación del hambre en sus estómagos. Eran tiempos duros para el país, decían por la tv, y la recientemente recuperada democracia no lograba conciliar libertades con prosperidad económica. En el primer año como alumno secundario aún pesaba mucho la herencia de siete años de escuela primaria. Pero a medida que la revolución hormonal comenzaba a librar sus batallas en los campos corporales y mentales de aquellos chicos todo comenzó a ser visto desde otra perspectiva, incluídos ellos mismos. Las precariedades económicas no podían detener el aluvión de juventud y rebeldía que comenzó a brotar en aquellos adolescentes. Unos le daban mayor importancia al cuidado de la apariencia, como ser el caso de Pablo y Ricardo, mientras que otros, Mariano y Roberto, no demostraban tanta obsesión por verse bien. El no tener un jeans a la moda no implicaba un trauma para ellos y sabían sacar ventaja de esos viejos vaqueros gastados que más de una madre hubiese preferido arrojar a la basura. De los cuatro solo Mariano era el que vivía más cerca del colegio. Los demás estaban a varios kilómetros de distancia, por lo que solían trasladarse en colectivo aunque nunca faltaron ocasiones para caminar. Durante los cinco años que duró su educación secundaria conocieron a mucha gente que se fue quedando en el camino, a veces grandes amigos. Pero finalmente la amistad se afianza con aquellos que has compartido tantas vivencias. Seguramente la razón que explica la perdurabilidad de esa amistad entre ellos hay que buscarla en sus años de secundaria. No quiere decir esto que no existieron altibajos o cortocircuitos entre ellos. Seguramente los hubo, aunque por lo general producto de personas o situaciones que no pudieron, o no supieron controlar. Sin duda, los primeros años que continuaron a su egreso del secundario fueron de los mejores. Con plena juventud, con dinero propio, producto de sus primeros trabajos y sin grandes compromisos que les limitara la libertad de hacer lo que quisieran, puede decirse que fueron años dorados