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No soy politólogo, ni sociólogo, ni historiador, ni crítico literario, ni músico. Aunque les confieso que me gustaría ser algo de todo lo que mencione. Si puedo decir que soy escritor y quizás a través de mis palabras pueda de algún modo aproximarme a lo que no soy.

21 abr 2011

SECRETOS PELIGROSOS, Roberto y Mirta

Roberto es analista de sistema. Hace diez años que se ha divorciado de su primer mujer. Con su actual pareja llevan cerca de cinco años de convivencia y tienen un hijo. Cuando comenzó a relacionarse con su segunda mujer se propuso recuperar el tiempo perdido, no solo en cuestiones amorosa-familiares sino también en lo que respecta al universo de las amistades. El mismo reconocía que su primer matrimonio le había cortado las alas y ya ni siquiera podía realizar el minímo vuelo hasta lo de un un amigo y aunque le doliera en el alma, debía reconocer que había sentido mucha envidia de todos esos excompañeros que se habían mantenido en contacto durante los años noventa. Él, en su etapa de alumno secundario, había sido un adolescente muy tímido, siempre procurando un perfil bajo, tratando con ello de mantenerse lejos de los problemas. Y como muchos otros de sus compañeros también se terminó enamorando de una de las chicas de su aula. Mientras algunos viven y sufren amores imposibles, al poco tiempo que Roberto le confesara a Mirta sus sentimientos comenzaron a salir como una linda parejita de enamorados. / Sin dudas que Roberto estaba muy enamorado de Mirta pero muchas veces los castillos que creemos refugio de nuestro amor suelen derrumbarse como si se tratase de simples naipes. Y un día se hizo evidente que ella ya no lo amaba como unos meses atrás, si es que en verdad alguna vez lo amó o sólo lo había utilizado como alimento de su vanidad. / Finalizada la etapa de la educación secundaria Roberto no volvió a saber nada más de la vida de Mirta. A decir verdad ninguno de los muchachos ex compañeros de Roberto supo algo más de la gran mayoría de las chicas. Quizás, cada tanto, alguién llegaba a una reunión con un chimento del tipo, ché, sabían que Mirta esto o aquello, pero nada más; el resto de su vida permaneció en el anónimato durante dos décadas. / Cuando Bárbara confirmó que Mirta estaría presente en la reunión de ex alumnos que se estaba organizando en las instalaciones del colegio secundario Roberto comenzó a experimentar diferentes reacciones, por lo general contradictorias y muy conflictivas entre sí. ¿Hasta que punto las brasas de un amor juvenil permanecen apagadas? ¿En verdad el paso del tiempo es el mejor remedio para curar un corazón destrozado por los fracasos amorosos? Y sino fuese posible evitar que esas brasas volvieran a encenderse, ¿cómo encarar el surgimiento de ese nuevo-viejo- sentimiento con la existencia del amor a la pareja actual? No es que Roberto ya diese por sentado que podría volver a sentir algo por Mirta, si en definitiva fue ella la que dió fin a la relación que tenían. Sin embargo, Bárbara le comentó a Roberto que Mirta le había preguntado: ¿Crees que Roberto quiera darme una nueva oportunidad? Esa pregunta lo venía atormentando: ¿oportunidad? ¿para qué?