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No soy politólogo, ni sociólogo, ni historiador, ni crítico literario, ni músico. Aunque les confieso que me gustaría ser algo de todo lo que mencione. Si puedo decir que soy escritor y quizás a través de mis palabras pueda de algún modo aproximarme a lo que no soy.

1 mar 2013

EL BIEN Y EL MAL EN LA HISTORIA POLÍTICA ARGENTINA

Es cierto que suelo decir que nada es absoluto,que no hay extremos irreconciliables, que no todo es blanco o negro sino que hay matices, variedad de posibilidades. En todo ello quiero creer pero hay veces que uno debe replantearse si es verdad todo eso en lo que cree. No quiero entrar demasiado en consideraciones religiosas sencillamente por no estar capacitado para ello. Pero debo decir que, para pesar de muchos, la existencia del Bien y el Mal es una posibilidad concreta de accionar y, por consiguiente, de categoría de análisis. Nos dicen con frecuencia que en la Historia no hay lugar para la bondad o la maldad, que todo el accionar humano se fundamenta en Intereses y/o Ideologías. ¿Pero es descabellado pensar que junto a esas motivaciones, básicamente racionales, también entren a jugar la bondad y la maldad de los actores? Podríamos nombrar cientos, miles de sucesos históricos y en la gran mayoría de ellos apreciaríamos la existencia - y la ausencia- del Bien y el Mal como fuerzas motrices de la Historia, incluso superiores a las Ideologías e Intereses. Sin embargo, esa apreciación e identificación de motivaciones, como lo son las que se originan en la bondad y la maldad, esencialmente emocionales, no es tarea fácil de alcanzar, en parte por que la dimensión espiritual tiene desconocidas y misteriosas formas de actuar y en parte también porque siempre privilegiamos un análisis racional de los hechos, sin duda influenciados por las filosofías occidentales que han elevado a la Razón a el status de nuevo Dios. Existen varias maneras de evidenciar la existencia de la Bondad y/o la Maldad pero quizás sean el Amor y el Odio, respectivamente, sus demostraciones más puras. Amor y Odio que atraviesan toda la Historia Política Nacional, siendo causas determinantes y decisivas en no pocos hechos y procesos claves de ésta. En tal sentido, el Amor -o el Odio- a la Patria sería, más allá de cualquier simbolismo romántico que muchos han vaciado de significado de tanto declamarlo impunemente, una interesante perspectiva de análisis histórico. Ensayando una caracterización o definición, sin duda demasiado genérica y precaria, de lo que representa el Amor a la Patria, diremos que no sólo comprende un sentimiento o sentido de pertenencia a un territorio determinado sino que también, sobre todo, a una población, es decir, a un pueblo.

1 comentario:

  1. que lo tiro, acabo de mandarme una bien maniquea
    un tanto podrido de la contra la equipare al mal con mayusculas
    saludos cordiales

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