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No soy politólogo, ni sociólogo, ni historiador, ni crítico literario, ni músico. Aunque les confieso que me gustaría ser algo de todo lo que mencione. Si puedo decir que soy escritor y quizás a través de mis palabras pueda de algún modo aproximarme a lo que no soy.

21 feb 2013

POLITOLOGÍA FANÁTICA

En la publicación anterior pretendí  desarrollar algunas líneas de pensamiento que me lleven a explicitar mi visión sobre el proceso electoral argentino que pronto cobrará notoriedad, proceso que ha de culminar con las elecciones a realizarse en Octubre.
Ciertamente, a dicha publicación aún le resta bastante desarrollo, profundizando aún más en los análisis necesarios para alcanzar un conocimiento válido de procesos tan importantes para la sociedad que habitamos.
Confío en poder retomar tales análisis cuanto antes, incluso en esta misma publicación, ya que la idea fuerza que planteo, si bien ha sido explicitada en el título, no tiene aún el desarrollo que le de entidad propia.
Aquella idea fuerza que origina mi anterior post pretende dejar asentada mi creencia, o mi convicción, de que el oficialismo, tanto el bonaerense como el nacional, conservará, en gran medida, el poder de los últimos tiempos, luego de las elecciones legislativas de este año.

Tal afirmación, sin duda, representa una apuesta muy fuerte de mi parte, ya que muchos me dirán que perdí la cordura y me pedirán que abandone mi insistencia en una politología barata, propia de la más absoluta ignorancia y de un fanatismo irracional, que sólo terminará hundiéndome en las arenas movedizas del desprestigio y la burla.

No puedo decir que esten equivocados los que así piensan, ya que es muy probable que sea grande mi ignorancia y fanático mi sentimiento hacia el kirchnerismo.
Pero si soy consciente de la peligrosidad que representa el cóctel ignorancia más fanatismo, ¿porqué seguir en el sendero hacia la desaprobación y el escarmiento de la "sociedad" lectora?
Parte de la respuesta quizás se fundamente en que esa partecita de la sociedad que puede llegar a leerme ha de ser realmente diminuta, y esto es un concepto objetivo, no descalificativo.
Dicho de otra manera, debe ser prácticamente nula mi influencia en la formación del pensamiento político de mis lectores.
¿Para qué escribir entonces? podría preguntarse alguien. Cada uno tendrá sus respuestas al respecto. Yo lo hago porque desde hace una década comenzó a importarme mucho más la Política y la Historia argentina. El escribir sobre ellas me llevan a querer aprender cada día más, a traves de lecturas y de los debates o intercambios de opiniones que pudieran originarse a raíz de mis publicaciones.