BIENVENIDOS

No soy politólogo, ni sociólogo, ni historiador, ni crítico literario, ni músico. Aunque les confieso que me gustaría ser algo de todo lo que mencione. Si puedo decir que soy escritor y quizás a través de mis palabras pueda de algún modo aproximarme a lo que no soy.

22 oct 2010

BLUES FINAL

En mitad de la noche senti la necesidad de levantarme para prepararme un trago. Bueno, para ser sincero, hacía varias semanas que no lograba tener placenteras horas de sueño.
Mi médico me había informado de una enfermedad terminal y desde ese momento ya no pude dormir tranquilo, como si no fuera necesario tener que pasar esas horas desconectado de la realidad: ¿para qué dormir tanto cuando me quedaban tan pocas horas de vida?, me preguntaba. 

Estaba por regresar a la cama cuando veo, desde mi ventana, a una mujer (eso fue lo primero que supuse), completamente vestida de negro, parada junto a la puerta de mis vecinos.
Por largo rato la espié. Permanecía inmóvil, como si estuviese esperando el momento oportuno para actuar. Finalmente se movió, pero lo hizo con una lentitud exagerada, sabiendose dueña de todo el tiempo del mundo.
De pronto giró su cabeza y en su pálido rostro no había ojos, solo dos abismos a lo desconocido. Todo lo demás, lo que sucedió luego, me pareció lo apropiado, lo justo.

Mis vecinos era gente muy buena, honesta, labororiosa, pero por sobre todas las cosas, era jóvenes, con toda la vida por delante y, además, padres de niños muy pequeños. Pensé en llamarlos por teléfono y advertirles del peligro. Pero, ¿para qué darles semejante susto?
Para mi estaba claro que la dama de negro venía por mi, solo que, por el momento, estaba algo desorientada.

Entonces serví dos copas de mi mejor vino y me dispuse a disfrutar por última vez de lo que màs me gustó en mi vida: escribí esta historia, que no tiene nada de ficción;y busqué mi disco de blues favorito, y abrí la ventana para que la melodía llegase hasta el patio de mis vecinos.
Esas señales, pensé, tenían que dejarle en claro a aquella entidad cuàl era su objetivo correcto, puesto que supuse, nuevamente, que debía saber todo sobre mi, y sobre todos.

Aunque les parezca raro mi visita fue muy educada. No entró por la ventana abierta, volando, como me lo había imaginado. Tocó el timbre de calle. Abrí la puerta y la invité a pasar. //


21 oct 2010

DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO

Nos dice Noé Jitrik en su Panorama histórico de la literatura argentina: "Desde San Juan, Sarmiento (1811-1888), que se iba formando en las ideas contemporáneas, europeas y argentinas, por pura voluntad de aprendizaje -el autodidactismo como modo romántico de construirse, "mis estudios han sido desordenados e incompletos", declara en Mi defensa-, emigró a Chile, por segunda vez, ahora en 1840. Pronto hizo conocer algunas iniciales ideas acerca de educación y periodismo, lo cual, vinculado a un temperamento famosamentede fuerte, lo hicieron objeto de ataques a los que respondió en 1842 con un folleto titulado Mi defensa, instancia primera de Recuerdos de provincia (1850), un texto modelo de autobiografía, en la madurez de su fuerza de escritura. / En 1845, como para neutralizar las gestiones que un enviado de Rosas, Baldomero García, haría con el gobierno de Chile, Sarmiento empezó a publicar una serie de artículos en el periódico El Pogreso, a partir del 2 de mayo de ese año, que, reunidos al final darían lugar a Civilización i barbarie, vida de Juan Facundo Quiroga, i aspecto fisico, costumbres i ábitos de la República Arjentina (sic), publicado ese mismo año. El efecto producido por los artículos fue tal que el ministro Montt decidió enviarlo a Europa, por un lado para alejarlo de la escena y, de paso, para estudiar otros sistemas educativos. El viaje duró dos años y medio y de sus impresiones queda un libro, Viajes por Europa, Africa y América, deleitosas pinturas, en forma de cartas, de los males y bienes de la cultura del Viejo Mundo. / El título del libro, ordenado en ediciones posteriores en una "Introducción" (su primera frase exhibe ya toda la fuerza de su estilo: "¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes..)CONTINUA