SECRETOS PELIGROSOS, Susana

Un célebre tango afirma en su letra "que veinte años no es nada". Eso podría llegar a ser cierto si se considerasen solamente dentro de tiempos históricos extensos, como lo son los siglos. Sin embargo, veinte años de una vida humana pueden configurar, por sus contenidos y circunstancias, el destino o, sino se cree en él, la realidad de las personas. / Existen individuos que ya desde temprana edad tienen bien en claro que es lo que quieren hacer, a dónde desean llegar. Es como si naciesen ya con un plan de acción interno y conocedores de las estrategias pertinentes para la concreción de sus metas. / Susana, la mejor amiga de Bárbara, pertenecía a esa categoría de personas. Elegida la carrera docente, quizás desde los años de escolaridad primaria, el primer paso fue optar por la vertiente pedagógica que ofrecía la escuela secundaria en su tramo final. El segundo paso inevitable consistía en estudiar el magisterio en un instituto de formación docente. Ya recibida de maestra de escuela comenzó a ejercer en escuelitas rurales donde puso a prueba su templanza para afrontar una existencia realmente sacrificada, tras la cual, y a manera de merecido premio, obtuvo la titularidad en el cargo. Todo ello le había demandado una década. En la siguiente decidió darle más prioridad a su vida familiar a partir del momento en que ella y su pareja aceptaron el desafío de la convivencia y, sobre todo, el de la paternidad. / Sin embargo, la concreción de las grandes metas suele tener también sus costos. Tanta lucha, tanto sacrificio con sus estudios, en su actividad laboral y, finalmente, con su familia, hicieron que Susana transcurriera esos veinte años de su vida prácticamente aislada de sus amistades del colegio secundario.

SECRETOS PELIGROSOS: Karina y Mariano

La aparición de Bárbara en escena estaba convulsionando el universo de las relaciones dentro del grupo de amigos. Por momentos parecía transformarse en el sol en torno al cual giraban los demás planetas y satélites. Pero un observador atento también podría haber afirmando que en realidad Bárbara se había transformado en un poderosísimo agujero negro que comenzaba a devorarse a todos los objetos que se hallasen en su zona de influencia. O te daba la vida o te aniquilaba. / Pero además Bárbara parecía obsesionada en hallar a la mayor cantidad posible de ex amistades de la secundaria. Y una de ellas fue Karina. Es cierto que era muy noble el propósito final de reunir a los ex compañeros luego de tantos años de distanciamiento pero en ciertas ocasiones es preferible no despertar a los viejos fantasmas del pasado. Y fue como ver un espectro cuando Mariano se enteró que Karina, su gran amor adolescente, estaría presente en la reunión de fin de año, luego de más de veinte años sin saber nada de ella. Mariano no supo como reaccionar ante semejante noticia: ¿debía reír o llorar? / Desde el tercer año de la escuela secundaria que Mariano estaba perdidamente enamorado de Karina. Ella era sólo un par de centímetros más alta que él, de cuerpo delgado y una abundante cabellera rubia. Mariano era tan tímido por esos años que decidió hacerle saber de sus sentimientos por medio de cartas escritas de su puño y letra. Cómo sería de paralizante la timidez de Mariano que debió recurrir más de una vez a otros compañeros para colocar su correspondencia romántica dentro de la carpeta de Karina. ¿Porqué ella nunca le respondió, de manera rápida y contundente, con un sí o un no? Con sus cuchicheos con amigas solo consiguió que Mariano alimentase la esperanza de que ese amor que él sentía algun día pudiera ser correspondido. / Sin embargo, a pesar que el silencio de Karina se prolongaba en el tiempo, las cartas de Mariano continuaron siendo depositadas en la carpeta de su amada. Esa situación confusa y hasta rídicula se prolongó hasta el siguiente año. Fue entonces que Mariano escribió cartas más extremistas, desesperadas quizás. Seguramente ello impulsó a Karina a terminar con la tortura de su enamorado y un mediodía, en uno de los pasillos del colegio, le dijo NO!