Mientras avanza mi lectura del libro "Juan José Castelli, de súbdito de la corona a líder revolucionario" (Wasserman, Fabio; Edhasa, Bs As, 2011), reflexiono sobre un doble proceso cognitivo que parece estar dàndose, afortunadamente, en mi.
Por un lado la asimilación o incorporación de información, tanto de la que ya conocía por otras lecturas como la de otra que desconocía por completo.
Y, por otro lado, la transformación de toda esa información, mediante complejos procesos intelectuales, en nuevas interpretaciones y conclusiones sobre la vida y el pensamiento de un personaje tan singular de nuestra historia.
No es mi intención aburrirlos con tediosas transcripciones o la enumeración de fragmentos memorísticos, incorporados por la fuerza.
Quien lee Historia, ademàs de la búsqueda de conocimiento en sí, lo hace porque halla un extraordinario placer en los procesos internos que derivan en el descubrimiento y la comprensión del pasado, aunque esto último no llegue siempre a concretarse, intensificando así el desafío de encarar nuevas lecturas para acceder a la verdad histórica, lo que, en definitiva, nos proporcionarà mayor libertad y capacidad comprensiva.
¿Qué sabemos entonces sobre la vida de Juan José Castelli? ¿Quién fue, a qué se dedicaba, qué ideas tenía, cómo es que se convirtió en figura destacada del proceso revolucionario iniciado en 1810, porqué parece algo olvidado por los historiadores?
Algunos interrogantes que nos pueden servir de guía para encarar la continuidad de esta publicación, que no pretende enseñar Historia sino màs bien abordarla con humildad y honestidad intelectual, intercambiando opiniones que contribuyan para que la Historia argentina no sea un relato muerto sino todo lo contrario.
Aquí entonces lo que voy asimilando y aprendiendo de Juan José Castelli, aquel hombre que los miembros de la Audiencia calificarian, en septiembre de 1810, como el "orador destinado para alucinar a los concurrentes"
Castelli nace en el seno de una familia acomodada de Buenos Aires, en 1764
CONTINÚA
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