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No soy politólogo, ni sociólogo, ni historiador, ni crítico literario, ni músico. Aunque les confieso que me gustaría ser algo de todo lo que mencione. Si puedo decir que soy escritor y quizás a través de mis palabras pueda de algún modo aproximarme a lo que no soy.
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22 ene 2011
¿FICCIONES DE UNA MEMORIA? parte 4
Finalmente, luego de 36 días de huelga docente, el miercóles 20 de abril de 1988 se iniciaba el tan esperado año escolar. Sí. Realmente para un adolescente que aún no puede salir a trabajar y que termina saliendo a la calle porque en su casa se aburre y se siente encerrado, lo mejor que podía pasarle era volver al colegio. Las obligaciones escolares terminaban siendo un mal menor frente al anhelo de estar con sus amistades, los seres que más lo comprendían en éste mundo. / "Salí con Rubén de mi casa a las 7.30 hs. Al llegar al colegio ya todos estaban dentro, en el patio, pero aún no habían formado. Saludé uno por uno a mis compañeros y nos formamos. La directora dijo unas palabras alusivas, recitamos la oración a la bandera y luego fuimos al curso. De las chicas del año pasado sólo quedaron Rodriguez Ana, Berger (Benitez se había equivocado al incluirla en el grupo de los que no habían pasado de año), Toledo, Pueher, Parera y, aunque hoy faltaron, Coca y Marmori. De los varones faltó unicamente Gonzales. Eramos 9. De la otra división, la que se uniría a nosotros para formar el cuarto año contable, eran 9 varones y 13 chicas, pero creo que faltaron una o dos. Somos en total 40 : 17 de 3ro 1ra y 23 de 3ro 4ta. Ambos terceros formaron 4to 1ra". / Ya el día 25 de abril dejaba asentado que nos habían visitado promotores de empresas de turismo para el viaje de egresados a Bariloche. Pero aún era muy pronto para tomar una decisión al respecto. Hacia fines de abril registré que hacía varios días que tenía a Gonzales como compañero de banco. A mi me trataba bien pero recuerdo claramente que tuvo varios incidentes con algunos de los pibes y día a día parecía ganarse el desprecio de la mayoría. / Para el 17 de mayo habia obtenido mi primer uno del año al decirle a la profesora de Merceología que no había estudiado. "A las 17.15hs tuvimos la primer clase de Gimnasia con el quinto año de la mañana. Luego de la clase fuimos cerca de la casa de Adrian, dónde aún existían unos terrenos baldíos y jugamos al futbol hasta las 18.10 hs. Estaban Adrian Orlando Lombardo, que no jugó, Manuel "manolo" Fernandez, Roberto "lola" Esquivel, Rafael "fita" Perchivale, Gabriel Abalos, Jaime Calderón, Pedro Lebran y Leo Hagler". / Estoy seguro que todas esas instancias de reuniones fuera del ámbito escolar contribuyeron enormemente para conocernos tal cual era cada uno y solidificar lazos de amistad que, en muchos casos, aún perduran al día de hoy. A Adrian lo conocía bien. Durante los siete años de escuela primaria había sido mi mejor amigo. Pero los tres primeros años de secundaria actuaron, a pesar de cruzármelo por los pasillos del colegio, como un período de distanciamiento y al volver a estar juntos en el 4to año tuve que redescubrir muchos aspectos de su personalidad y hasta de su apariencia física. Esa relativa madurez que yo creía percibir en mí también se estaba produciendo en mis compañeros y amigos. De a poco ibamos dejando la ingenuidad que traíamos de la escuela primaria y que se prolongaba durante los primeros años de secundaria y comenzabamos a formar una personalidad más madura, más avasallante en algunos casos, más engreida y carismática otros, con la certeza de que nuestra juventud nos daba fuerzas para intentar llevarnos el mundo por delante. En Adrian me sorprendió enormemente la construcción de esa personalidad, partiendo incluso de una nueva identidad ya que siempre lo había conocido por uno solo de sus nombres. Ahora se sentía cómodo utilizando sus dos nombres con amplia libertad. El otro aspecto en que noté el gran cambio fisico que había experimentado fue, además del natural crecimiento de su cuerpo, en el nuevo look que tenia. Tengo en un rinconcito de mi memoria su imagen con el cabello corto y laceo. Ahora mostraba una cabellera digna de un león. Por lo demás continúo siendo la gran persona de siempre. Generoso con los amigos, humilde y optimista, un tipo con una gran sonrisa y que siempre tendió la mano a quien la necesitaba. //
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