Es impresionante con que velocidad -y voracidad- suceden los hechos y procesos que van configurando nuestra realidad, en especial a lo que hace a la política criolla. Muchos quizás no pueden -o no quieren- apreciarlo por el singular fenómeno donde el estar tan pendiente de nuestros asuntos cotidianos produce un estado de inmovilización, o de estar moviendonos en cámara lenta, cuando en verdad toda la existencia está aconteciendo de manera vertiginosa.
O quizás sea el simple hecho de que preferimos ignorar o despreciar todo lo que ocurre en la dimensión política que nos rodea y atraviesa.
El hecho concreto es que en tan sólo seis meses estaremos votando nuevamente, en la instancia de la denominada PASO, la elección primaria que se realiza dos meses antes de la general.
Seguramente alguien pensará o me señalará que aun no es tiempo de hablar de elecciones, que es temprano y que a la gente no le interesa porque "está en otra".
Esa creencia, o modo de ver las cosas, es justamente una prueba de lo señalado al inicio de la publicación.
Probablemente en los medios tradicionales aun no se esta hablando abiertamente sobre los procesos electorales que definiran buena parte de la dimensión política de los próximos dos años.
Sin embargo, en los blogs y otros espacios de discusión y difusión virtual ya es posible advertir una creciente tendencia a pensar y escribir sobre la política argenta.
No cabe duda que hay -y habrá- mucho para reflexionar, escribir y debatir, lo que no es garantía de que siempre se encuentre la verdad o la explicación certera de los hechos.
Pero no deja de ser válido que se encare el análisis y la comprensión de las variables que cruzan y definen no solo la coyuntura sino también el corto y mediano plazo de la realidad política.
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A quienes aún no lo saben les comento que estas publicaciones -como la gran mayoría de lo que escribo en la web- son elaboradas en mi móvil, de allí que a veces las suba al blog de manera urgente, con fallas de tipeo o escaso desarrollo teórico, por temor a que la inestabilidad de la señal telefónica me impida hacerles conocer mi pensamiento. También veran que muchos de mis posts culminan con el clásico "continuará", porque soy consciente de que le faltan desarrollo y guardo la esperanza de retomarlos en algún momento.
Esa necesidad de escribir a contra reloj me pone muchas veces en la situación de avanzar en la escritura sin tener en claro que título le pondré al texto.
Y es un hecho que cuando decido finalmente un título muchas cuestiones, planteadas o no en el post, comienzan a adquirir nuevas reinterpretaciones.
¿Camino a un nuevo triunfo oficialista? es una manera impactante y provocadora de titular. No sólo porque tienta a su lectura sino también, y sobre todo, deja abierta la posibilidad a varios desarrollos teóricos y a diversas especulaciones o conjeturas.
Decia anteriormente que es posible que en los grandes medios informativos aun no se hable abiertamente sobre política argentina, esto es, en términos de los procesos electorales que definaran los representantes de cada agrupación política.
Sin embargo, no significa esto que los medios no esten actuando para el logro de sus intereses, y para ello estan decididos a dañar al gobierno nacional con una artilleria discursiva que busca influir en el pensamiento político de las masas.
Su mayor interés y objetivo es que el Kirchnerismo, o cualquier otra fuerza comprometida con las políticas e ideologías imperantes en la última década, no se mantenga en el poder.
Cualquiera que lea, por ejemplo, La Nación o Clarín, dos de los medios pertenecientes a poderosos grupos empresariales, comprobará que sus artículos son una sucesión de criticas y ataques al gobierno y a la figura de Cristina Fernández de Kirchner, con el evidente propósito de deslegitimarlo ante la opinión pública, para así crear un estado de ánimo pesimista y adverso a la permanencia en el poder de un gobierno que le hace frente a las corporaciones de todo tipo.
Recordaran Ustedes, por caso, que los medios hegemónicos, en ocasión del fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner, pretendieron crear la imagen de una presidenta débil y vulnerable, a semejanza del momento histórico en que la muerte de Juan Perón obligó a que su mujer, Isabel, inexperta de toda actividad política, asumiera el poder en un contexto de creciente inestabilidad y violencia.
Aquel fue, en efecto, un gobierno débil, condenado desde el vamos al fracaso. Pero no hay comparación con la situación que debió afrontar nuestra actual presidenta, en gran medida porque la Argentina ya no era el mismo país de aquel entonces, pero además porque Cristina se hizo fuerte en la adversidad y los que la compararon con Isabel debieron tragarse sus palabras.
Prueba contundente de la incapacidad -y de la malaintención- de los analistas políticos ha sido querer mostrarla como débil y conciliadora, en comparación a un Néstor Kirchner que habría sido duro e impiadoso. Ahora resulta que Néstor era más accesible, pragmático y conciliador, en relación a una Cristina crispada, inflexible, caprichosa y más "cerrada", ideológicamente.
Los medios "opositores" se empeñan en crear en el pensamiento político de la ciudadanía la idea que la presidenta gobierna sola, sin nadie confiable a quien consultar y sin voluntad para escuchar otras voces ajenas a su entorno, lo que la llevaría a mostrarse soberbia y crispada. Aseguran además que todo ello estaría provocando en la consideración ciudadana un sostenido descenso de su imagen positiva; llegando incluso a vaticinar que una caida a niveles tan pobres de popularidad y simpatía serían muy difícil de revertir.
Lo llamativo es que no esten publicando ninguna encuesta que corroboren tales afirmaciones.
CONTINUARÃ