BIENVENIDOS
No soy politólogo, ni sociólogo, ni historiador, ni crítico literario, ni músico. Aunque les confieso que me gustaría ser algo de todo lo que mencione. Si puedo decir que soy escritor y quizás a través de mis palabras pueda de algún modo aproximarme a lo que no soy.
29 ene 2011
¿FICCIONES DE UNA MEMORIA? Parte 6: Rebeldes con causa?
"Lunes 8 agosto 88: Gonzales llevó una cajita de vino al colegio y algunos la tomaron en el baño, en el segundo recreo. Luego casi se agarran a las piñas Leo y Gonzales" / "Lunes 19 septiembre 88: Hoy fue de nuevo la Directora al curso para hablar sobre el comportamiento de 4to 1ra." / "Martes 4 octubre: Ayer faltó la de filosofía, y nos salvamos de la prueba. Hoy tuvimos prueba de Hístoria. Me copié los 3 puntos, pero el último no lo terminé por que no me alcanzó el tiempo. Vino Abril para hablarnos, una vez más, de nuertra conducta ya que la profesora de Salud, pidió que le pusieran amonestaciones a Leo. Y habló y habló, y terminó diciendo que los varones debíamos hacer algo. Entonces se decidíó cambíar todos de lugar, es decir, un chico con una chica. A mi me tocó con Colatruglio, junto a la ventana, en la 1er mesa. A Marcelo con Mírna, a Gustavo con Coca, a Oscar con Marmori, a Adrian con Toledo, Gonzales con Verónica, y así todos. / Miercoles 5 octubre: hoy no tuvimos clases por un nuevo paro docente. Igualmente fui con Ruben al colegio. La directora nos dijo que nos quedásemos hasta la 3ra hora para ver si venía la profesora de Geografía. Mientras tanto fuimos al poli a jugar a la pelota con unos pibes que estaban allí. Yo me quedé en el arco. De pronto, Leo le metió una piña a uno que lo estaba molestando, y éste fue adentro y la directora se enteró. Mis compañeros le explicaron lo sucedido y, milagrosamente, nos dejó ir. / Nos fuimos para la feria, casi llegamos hasta la San Martín. Eramos: Fita, Lola, Manolo, Pacha, Caceres, Gimenez, Gabriel, Oscar, Pedro, Leo, Adrian, Calderón, Gonzales y yo. Al volver compraron unos cigarrillos mentolados. Ahora solo quedábamos Pedro, Oscar, Leo, Adrian, Gabriel y yo. Fuimos para la casa de Adrian, nos quedamos hasta las 12 y me vine con Gabriel." / "Lunes 5 diciembre 88: El sábado fui a la despedida de 5to año. Como a las 8.30hs casi no había nadie en el colegio fui para la casa de Adrian y encontré a mis compañeros. Gabriel, Pacha, Fita, Pedro, Oscar, Adrian, Lola, Tupone, Moyano, Ariel "cuñado" de Oscar. Luego encontramos a Gonzales y Caceres. Eran más de las 9.30hs cuando llegamos al colegio. Primero no pasaba nada, servían un poco de comida y gaseosa, pero a nosotros no nos querían dar porque erámos de 4to. Teníamos una bronca, contra los que estaban repartiendo, especialmente Mariana y su vieja, que es una metida. Después pusieron la música y como nadie bailaba fueron mis compañeros a bailar y luego bailaron todos, menos yo. Había ido con la idea de decirle todo a Mirtha, pero no fue. Para colmo fue Miriam y estaba más hermosa que nunca, pero luego la ví bailando con un flaco. Cuando nos ibamos todavía estaba hablando con él. / Salimos después de las 11.30hs. Cuando salíamos la vieja de Mariana nos preguntó si no ibamos a limpiar, le dijimos que no y nos fuimos. Oscar, Ariel, Fita, Gabriel, Lola y yo fuimos para la casa de Iris, novia de Oscar, mientras que los otros fueron a casa de Leo. / Ya todos en casa de Leo, estaba la gente al fondo, parientes de él. Mis compañeros bailaban, yo no tenía ganas. Al rato llegó Genaro, de 4to 5ta y amigo de nosotros, diciendo que unos vagos de 4to 4ta, del turno noche, lo habían apurado porque no los ayudaba a limpiar. Entonces fuimos todos al colegio, no sé cuantos eramos, un montón, pero casi todos pequeños. Al llegar, entramos. Ya casi no había nadie, además de la vieja de Mariana. / Decían que se iban a agarrar mano a mano Genaro y uno de los flacos, pero los otros estaban a punto de saltar; reinaba el nerviosismo y volaba alguna que otra patada. Salimos afuera. Se trató de calmar los ánimos y nos fuimos hasta la esquina, en el banco, nos detuvimos porque estabamos esperando a un flaco de 5to, amigo nuestro, que todavía no había cruzado la calle. Y tal vez porque los otros pibes pensaron que los estábamos desafiando, parados alli, o porque estaban calientes de que fueramos en patota, nos salieron a correr. Cuando me di vuelta todos mis compañeros ya habían salido a correr. Fue todo tan rápido que no tuve tiempo a pensar. Quedamos seis: Oscar, Gabriel, Lola, Pablo(amigo de H), alguien más y yo, entre nuestros amigos que se iban corriendo y los que venían hacia nosotros. Entonces Oscar dijo: "estos nos agarran a nosotros" y corrieron para la otra vereda. Quedamos Gabriel y yo. Uno de los otros dijo: "agarra a cualquiera" pero otro dijo: "con estos no pasa nada!" y pasaron de largo, por nuestro lado, corriendo a los demás. No los pudieron alcanzar porque les habían sacado mucha ventaja, y regresaron, pasando otra vez junto a nosotros. Luego nos reunimos todos y regresamos a lo de Leo. Si nos hubiesemos quedado todos juntos, se habría originado una gran pelea, con serias chances de ganar al ser más. Ahora seguro que la vieja de Mariana va a hablar, y mandará al frente a Genaro, que es compañero de su hija y para colmo presidente del centro de estudiantes. Y capaz que busca perjudicar a 4to 1ra".
24 ene 2011
SCIOLI : EL ENEMIGO INTERNO?
Estando a 9 meses de las elecciones presidenciales de Octubre resulta interesante ver los intentos, casi desesperados, de los diarios Clarín y La Nación por imponer su discurso opositor en sus lectores. En sus notas machacan una y otra vez contra Cristina Fernández de Kirchner: Que la presidenta está muy deprimida, que se siente en total soledad, que aún no está convencida de volver a ser presidenta, que sus hijos están en su contra, etc. Por lo menos reconocen que ella, la presidenta de la nación, es la mejor opción que tiene el gobierno para mantenerse en el poder. / Sin embargo, el candidato ideal de los sectores corporativos es Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Bs. As., probablemente el único político, si se decidiese a disputarle el poder a la presidenta, con serias posibilidades de triunfar en la elección presidencial. El detalle, nada menor por cierto, es que Scioli representa la derecha del peronismo. Probablemente a muchas personas ya no les importe las categorías ideológicas- partidarias. Pero detrás de todo político, más allá de la imagen marketinera que nos muestra su sonrisa y resalta sus cualidades para la gestión, existe una determinada ideología que sustenta su pensamiento y su accionar. Es por ello que sería un buen ejercicio ciudadano el tratar de descubrir que ideologías e intereses hay detrás de todo candidato. / Por el momento, faltando 9 meses para las elecciones de octubre, reina una gran incertidumbre y mucha especulación. La mayoría de los políticos estan esperando el movimiento del otro para decidir su propio accionar. La presidenta, a pesar de las presiones de los sectores ultra k, aún no ha expresado su intención de querer volver a ser reelegida. Lo que no implica necesariamente, como creen algunos medios, que esté dudando de semejante decisión. Lo más probable es que esté esperando las jugadas de los demás actores políticos. De igual modo Scioli tampoco ha manifestado abiertamente que irá por una nueva gobernación. Él también está esperando los movimientos de la presidenta. / Daniel Scioli, salvo pequeños cortocircuitos, siempre se mostró leal al Kirchnerismo. Sin embargo, no deberíamos perder de vista sus movimientos . Estar muy atentos. Dos cuestiones para tener en cuenta en este sentido es el dinero fresco que consiguió la provincia en el exterior y que le permitirá al gobernador un mayor grado de libertad, con respecto al gobierno nacional, para este año electoral. La otra cuestión, que está señalando claramente una diferencia ideológica entre el gobernador y el gobierno nacional, es la insistencia de Scioli para que el Congreso sancione la ley que baja la imputabilidad de los menores a los 14 años, siendo intención del gobierno nacional que la edad se mantenga en los 16 años. / Quizás me equivoque. Pero tengo la sensación que Scioli está agazapado. Calculando el momento oportuno para saltar a la yugular del kirchnerismo. Sabe que puede contar con el apoyo de sectores muy poderosos, y con el de tipos pesados de la derecha argentina: Duhalde, De Narvaez, Macri, Reutemann. Estemos alertas.
23 ene 2011
¿FICCIONES DE UNA MEMORIA? parte 5: Los tres mosqueteros
"Jueves 2 de junio de 1988: Antes de ir a gimnasia fui a lo de Adrian, para darle un trabajo escolar. Luego fuimos al colegio y jugamos un ratito al fútbol. Después corrimos 3 vueltas a la manzana haciendo un tiempo de 5 minutos con 38 segundos. Continuamos luego con piques de a cuatro pibes. Finalizada la hora de Educación Física algunos fuimos a la casa de Adrian. Yo agarré mi carpeta, le dí unas hojas a Gonzalez y me fui. Al pasar detrás del colegio vi que en su interior estaban pateando Oscar, Leo y Pedro. Me uní a ellos y terminamos haciéndole un partidito a unos pibes que andaban por allí, a los cuáles ganamos". / Ese pequeño y sencillo recuerdo me da pie para intentar construir una imagen algo más compleja, por el distanciamiento temporal que ha transcurrido, de esos tres grandes amigos que tuve en el 4to año del secundario. La primera impresión que me causaron, al comenzar a tratarlos, fue que eran como los tres mosqueteros: todos para uno y uno para todos. Se podía apreciar entre ellos sólidos lazos que los unía. Una especie de energía vital hacía que se presentasen ante nosotros como un bloque casi indestructible. Una característica los identificaba: los tres eran repetidores del mismo año. Esa situación, sumado al hecho de que eran, al menos, un año mayor que el resto, los distinguió desde el principio. No obstante, no fueron esas particularidades las decisivas al momento de la conformación del gran grupo humano de 4to 1ra. Es que si ellos representaban a los tres mosqueteros, nosotros, sus compañeros de curso, vinimos a ser el D'Artagnan necesario para la imprescindible complementación entre ellos tres y los dos grupos que provenían de diferentes terceros años. / Es decir entonces, que si existió algún recelo o duda entre ellos y nosotros, desapareció para siempre a poco de iniciadas las clases. Los tres eran dueños de fuertes personalidades que los distinguía. Eran carismáticos y seductores por naturaleza. Si a ello le sumamos que Oscar y Leo eran los más altos del curso, era practicamente imposible evitar llamar la atención. Además no eran personas tímidas. Todo lo contrario. Siempre estaban atentos, inquietos, opinando o haciendo una broma . Pedro, sobre todo, tenía un humor particular, por momentos ácido, que hacía que permanentemente uno se sintiera alegre. Leo también era bastante jodón pero ojo con hacerlo calentar por que se armaba. Oscar no se quedaba atrás en simpatía, picardía y seducción y su vozarrón le permitía hacerse escuchar. Era un líder natural. / Pero muchas veces ocurre que estar en el centro de todas las miradas, ser el eje donde giran todas las relaciones de grupo, te termina obnubilando, encegueciendo, aislándote de todo y de todos. Sin embargo, "H", Pedro y Leo jamás cayeron en esa desgracia de creerse superiores a los demás. Quizás apreciando ese hecho es dónde uno puede ver la complementación entre los Tres Mosqueteros y D'Artagnan. Nosotros necesitábamos de ese centro de irradiación que fueron esas personalidades tan fuertes, tan luminosas y seductoras, porque uno, que tuvo un perfil más bajo, una personalidad más apagada, siempre le es gratificante ser aceptado y protegido. Pero ellos tres también se dieron cuenta, inconcientemente, que nos necesitaban allí, cerca, para poder darnos toda su energía, todas sus ganas y alegría. Fueron sabios al hacerlo humildemente, sin pretender jamás ser más que sus amigos. //
22 ene 2011
¿FICCIONES DE UNA MEMORIA? parte 4
Finalmente, luego de 36 días de huelga docente, el miercóles 20 de abril de 1988 se iniciaba el tan esperado año escolar. Sí. Realmente para un adolescente que aún no puede salir a trabajar y que termina saliendo a la calle porque en su casa se aburre y se siente encerrado, lo mejor que podía pasarle era volver al colegio. Las obligaciones escolares terminaban siendo un mal menor frente al anhelo de estar con sus amistades, los seres que más lo comprendían en éste mundo. / "Salí con Rubén de mi casa a las 7.30 hs. Al llegar al colegio ya todos estaban dentro, en el patio, pero aún no habían formado. Saludé uno por uno a mis compañeros y nos formamos. La directora dijo unas palabras alusivas, recitamos la oración a la bandera y luego fuimos al curso. De las chicas del año pasado sólo quedaron Rodriguez Ana, Berger (Benitez se había equivocado al incluirla en el grupo de los que no habían pasado de año), Toledo, Pueher, Parera y, aunque hoy faltaron, Coca y Marmori. De los varones faltó unicamente Gonzales. Eramos 9. De la otra división, la que se uniría a nosotros para formar el cuarto año contable, eran 9 varones y 13 chicas, pero creo que faltaron una o dos. Somos en total 40 : 17 de 3ro 1ra y 23 de 3ro 4ta. Ambos terceros formaron 4to 1ra". / Ya el día 25 de abril dejaba asentado que nos habían visitado promotores de empresas de turismo para el viaje de egresados a Bariloche. Pero aún era muy pronto para tomar una decisión al respecto. Hacia fines de abril registré que hacía varios días que tenía a Gonzales como compañero de banco. A mi me trataba bien pero recuerdo claramente que tuvo varios incidentes con algunos de los pibes y día a día parecía ganarse el desprecio de la mayoría. / Para el 17 de mayo habia obtenido mi primer uno del año al decirle a la profesora de Merceología que no había estudiado. "A las 17.15hs tuvimos la primer clase de Gimnasia con el quinto año de la mañana. Luego de la clase fuimos cerca de la casa de Adrian, dónde aún existían unos terrenos baldíos y jugamos al futbol hasta las 18.10 hs. Estaban Adrian Orlando Lombardo, que no jugó, Manuel "manolo" Fernandez, Roberto "lola" Esquivel, Rafael "fita" Perchivale, Gabriel Abalos, Jaime Calderón, Pedro Lebran y Leo Hagler". / Estoy seguro que todas esas instancias de reuniones fuera del ámbito escolar contribuyeron enormemente para conocernos tal cual era cada uno y solidificar lazos de amistad que, en muchos casos, aún perduran al día de hoy. A Adrian lo conocía bien. Durante los siete años de escuela primaria había sido mi mejor amigo. Pero los tres primeros años de secundaria actuaron, a pesar de cruzármelo por los pasillos del colegio, como un período de distanciamiento y al volver a estar juntos en el 4to año tuve que redescubrir muchos aspectos de su personalidad y hasta de su apariencia física. Esa relativa madurez que yo creía percibir en mí también se estaba produciendo en mis compañeros y amigos. De a poco ibamos dejando la ingenuidad que traíamos de la escuela primaria y que se prolongaba durante los primeros años de secundaria y comenzabamos a formar una personalidad más madura, más avasallante en algunos casos, más engreida y carismática otros, con la certeza de que nuestra juventud nos daba fuerzas para intentar llevarnos el mundo por delante. En Adrian me sorprendió enormemente la construcción de esa personalidad, partiendo incluso de una nueva identidad ya que siempre lo había conocido por uno solo de sus nombres. Ahora se sentía cómodo utilizando sus dos nombres con amplia libertad. El otro aspecto en que noté el gran cambio fisico que había experimentado fue, además del natural crecimiento de su cuerpo, en el nuevo look que tenia. Tengo en un rinconcito de mi memoria su imagen con el cabello corto y laceo. Ahora mostraba una cabellera digna de un león. Por lo demás continúo siendo la gran persona de siempre. Generoso con los amigos, humilde y optimista, un tipo con una gran sonrisa y que siempre tendió la mano a quien la necesitaba. //
21 ene 2011
¿FICCIONES DE UNA MEMORIA? parte 3
El año 1988 habría de significar una bisagra en mi vida. Ese verano había viajado de vacaciones a Tucumán, luego de trece años desde la última vez que habíamos estado alli, y el trato y las salidas con mis primas mayores habían actuado en mi definitivamente. Me sentía algo más maduro, seguro de mi mísmo. En marzo de ese año se iniciaban mis dos últimos años de secundaria en la Escuela de Educación Media N°2 Don Luis Piedrabuena de San Francisco Solano. Mi familia vivía a sólo diez cuadras de la calle principal de la ciudad así que, salvo los días de fuertes lluvias, íbamos caminando al colegio. Y digo "íbamos"porque desde el año 1986 mi hermano Rubén comenzó a ser mi acompañante en esas caminatas. El lunes 21 de marzo escribí en mi diario personal: "Hoy debían comenzar las clases para los alumnos secundarios, pero continúa vigente el paro docente. Cuando llegué a la esquina del banco Credicoop, dónde siempre nos reuníamos antes de ingresar al colegio, lo encontré a Moyano. Luego llegó Caceres y después Gimenez. Más tarde llegó Calderón y me dijo que se había cambiado del pedagógico al contable. Me dijeron que Benitez y Escobar, junto con Pietracone y Gallardo, que fueron "echados" del colegio, han quedado en el camino. / Después entramos adentro y la directora dijo unas palabras, seguramente tratando de explicar las razones que impedían el inicio normal de las clases. Al salir lo encontramos a "Pacha" y fuimos para la casa de Tupone. Estuvimos un rato charlando y luego nos fuimos junto con Tupone hasta la parada del colectivo ya que él tenía que ir a Quilmes. / De tercer año hemos quedado 10 varones: 4 del primer año (Caceres, Gimenez, Tupone y yo); 3 del segundo año (Moyano, Pacha y Esquivel); y 3 del tercer año (Alfieri, Calderón y Gonzalez). Se dice que de mi división del año pasado repitieron 13 o 16" / Por aquel entonces, y salvo que hubieses repetido uno o más años, la secundaria tenía una duración de 5 años para los bachilleres contable o pedagógico y de 6 años para quienes decidían ir a una escuela técnica. Esa situación de tener que elegir entre el bachiller contable y el pedagógico cuando llegabas al cuarto año potenciaban el carácter de bisagra que destaqué al inicio del relato. Y en cuarto año, además, y como en los dos años anteriores, se sumaban a tu grupo los alumnos que venían de un tercer año diferente al tuyo. Ya ese 21 de marzo de 1988 hacía especulaciones de cuantos seríamos en cuarto año y de quiénes serían mis nuevos compañeros: "De los varones del otro tercero vi como a ocho pibes pero seguramente han de faltar algunos. Así que sumaremos como 20 varones". Ese cálculo estuvo muy cerca de la realidad ya que, finalmente, terminamos siendo 19 varones en el cuarto año contable del turno mañana. / En esos años de secundaria y adolescencia, la amistad, al igual que el amor, adquiere preponderancia descomunal, absoluta. Todo, o casi todo, gira en torno de los amigos. Son durante esos años que se edifican las amistades más duraderas y también dónde se derrumban las más efímeras, las más precarias. Durante mis tres primeros años en el Piedrabuena había forjado una poderosa amistad con Carlos Alberto Benitez. De pronto, antes de iniciar el cuarto año me encontraba con la noticia que no había pasado de año. Así lo reflejé ese 21 de marzo de 1988: "A las dos de la tarde fui a la casa de Benitez, y las versiones se confirmaron. Había repetido. Cuando llegué a su casa estaba durmiendo. Un rato antes había regresado desde la capital. Había ido a buscar trabajo. También se inscribió en una escuela de Quilmes, en el turno noche. Le pedí unas cosas que le había prestado el año pasado, conversamos un buen rato y nos despedimos. Antes de hacerlo me contó que repitieron Gianico, Serrano, Rodriguez Marcela, Spadano, Berger, Aragón, Zabala y otras más. Quizás Ramirez también repitió". //
8 ene 2011
FICCIONES DE UNA MEMORIA? parte dos
Puede llegar a ser aterrador tomar conciencia que a medida que avanzamos en edad los recuerdos de nuestros primeros años de vida se nos han borrado de la memoria. Incluso puede pasar que porciones enormes de recuerdos de tiempos más recientes permanezcan en una especie de nebulosa o, directamente, en la oscuridad total. Por suerte, o por designio del destino, o por mandato divino, o por pura casualidad, a mis 16 años aún recordaba algunos detalles y hechos de mis primeros años escolares: "Yo tendría que haber comenzado la escuela primaria en el año 1977, pero por haber nacido en el mes de noviembre comenzé un año después. Mis padres me enviaron a la escuela n°53 de San Francisco Solano, partido de Quilmes. Al lado había otra escuela, la 32. Cómo la 53 tenía una mejor apariencia edilicia se decía que allí se enseñaba mejor y que, como si fuese poco el argumento anterior, en la 32 concurrían los chicos más pobres. Seguramente que fueron por esas razones que mis padres me enviaron a la escuela 53, aunque, sinceramente, debo decir que mi familia estaba más cerca de ser pobre que de ser rica" / No hay que pensarlo dos veces para advertir que ese razonamiento de creer que la educación es superior en un establecimiento sólo por su apariencia o porque allí no van niños pobres es propio de una estupidez descomunal. Sin embargo, los adultos, muchas veces pensamos de ese modo. ¡Qué desilución para mis padres cuando, al poquito tiempo de iniciadas las clases, debieron cambiarme a la escuela de al lado! Pero algunos recuerdos de esos pocos días en la 53 sobrevivieron: "Me acuerdo, como si fuese hoy, que el primer día de clases lloré. No quería quedarme y tengo la imagen de mi madre marchándose mientras me sujetaba una maestra. Superado ese mal momento sólo conservo algunas imágenes aisladas: en el patio, cuando izaban la bandera, en la fila en formación y una compañerita que tenía dificultades para caminar y que además era una vecina. Finalmente, al transcurrir casi todo el primer mes del calendario escolar sin tener maestra titular y tampoco suplente, mis padres decidieron cambiarme a la escuela nº32. Debo acotar que a la 53 concurría en el turno tarde. A partir del cambio asistiría a clases por la mañana".
3 ene 2011
FICCIONES DE UNA MEMORIA?
Por lo visto el abanico de posibles profesiones para mi futuro era amplio, o por lo menos podía abarcar actividades que involucrasen letras y números. Ahora que lo pienso hasta parece haber una contradicción o una lucha de poderes en esa situación: ¿como era posible que me gustasen las matemáticas y al mismo tiempo las letras? Significaba ello que estaba más abierto a la incorporación de conocimientos? De ser asi, ¿en que momento dejé de apreciar a los números? ¿Por qué comenzé a tener miedo de las matemáticas? Se suele temer lo que no conocemos. Pero también a lo que no dominamos. ¿Cuando dejé de tener el control sobre los números? ¿Implicó ello un triunfo de las letras, de las palabras? No estoy seguro. Desde el punto de vista de mi vida actual no hubo victoria para las letras ni para los números: no soy escritor, ni periodista, mucho menos economista. Probablemente no interese mucho, por ahora, saber qué soy sino qué fuí. Toda la secundaria los números y las letras convivieron en mi. No sé si fue de manera armoniosa pero por lo menos no evidenciaron su rivalidad, quizás por aquello de estar predispuesto a recibir el conocimiento: mi intelecto se nutría de las letras y los números. Con el inicio de mi actividad laboral los números parecieron sacar ventaja, hacerse más fuertes. En mis primeros trabajos manejé dinero. Fuí desde mozo de la cafeteria de la empresa, pasando por cadete de la sección Caja y Bancos, hasta, luego de una meteorica carrera ascendente, el cajero de moneda extranjera. Todo ese período de mi vida pareció ser el triunfo definitivo de los números, de las matemáticas. Pero un día todo se fue al tacho. Esa será una historia para otro momento. Lo que interesa decir ahora es que a partir de entonces los números quedaron sepultados hasta el día de hoy. (Continúa)
2 ene 2011
MEMORIAS DE UN SOÑADOR: Ficcionalizando los recuerdos o recordando lo imaginado?
Revisando viejos cuadernos encontré una introducción a textos que escribí en mi adolescencia, en los años 1987 y 1988. Ya por entonces intentaba dejar un registro de lo que me pasaba y de lo que acontecía a mi alrededor y en el país. Pero no todo era una lineal descripción del presente. También hacía uso de la memoria para recordar mis primeros años escolares y hasta me animaba a pensar en el futuro, tratando de proyectarme a tiempos que habrían de venir. Escribí en esa introducción: "Pienso que voy hacer cuando sea un poco más grande, no sé porqué, pero conseguir la respuesta se me dificulta. Qué economista, periodista o escritor. Las tres profesiones me agradan pero cuando me pongo a pensar veo que la situación es difícil. ¿Porqué la economía? Tal vez porque sea la que con mejores perspectivas se me presenta: me gustan las matemáticas; también recuerdo que en una oportunidad mi padre me preguntó que carrera iba a seguir y yo le dije que la misma que mi primo Ricardo: Ciencias económicas. Mi padre me dijo que estaba de acuerdo, que era la mejor que pude haber elegido". Seguramente en ese razonamiento pesó mucho la idealización que había elaborado de mi primo: "Ricardo era como un ídolo para mí. Yo trataba de seguir sus pasos. Él había ido a la escuela n°32 de San Francisco Solano, como yo, y luego hizo la secundaria en el colegio Don Luis Piedrabuena, donde yo estoy concurriendo. Después fue a la facultad de ciencias económicas". Otra de las profesiones que consideraba por aquel entonces era el periodismo, pero al parecer aun no terminaba de constituirse como una alternativa con peso propio: "¿Periodismo? No sé. Puede ser por su vinculación con las letras. ¿Y el ser escritor? La verdad es que yo no nací con alma de literato. Pero mi maestra de séptimo grado influyó en esa idea. Graciela Legnani era su nombre. Todo empezó cuando pidió que escribiesemos un cuento a partir de tres posibles títulos que ella nos dió. Así fue cómo cuando había que escribir comenzé a destacarme sobre la mayoría, aunque debo reconocer que había chicos muy buenos como escritores. Hace poco reuní mis escritos en una especie de libro al que titulé "La montaña de cristal y otros cuentos", pero jamás lo llevé a ninguna imprenta ni nada por el estilo. Y ahora estoy escribiendo esto, tratando de encontrarme como escritor y calificándome como un soñador. Quizás no soy ni seré un escritor pero si soy y seré un soñador. Siempre soñando en lo que seré, en el futuro de mi país y del planeta". CONTINUA
31 dic 2010
EL VIAJERO, parte seis
Era evidente que mi clon había llegado antes que yo a esta realidad: ya vestía las típicas prendas del gaucho de estas pampas. Con veloz movimiento llevó su mano derecha a su espalda y extrajo de su cinturón un enorme facón que en cuestión de segundos exibió frente a mis ojos. El sol de la tarde comenzaba a declinar su posición en el firmamento y unos pocos hombres, que habían estado tomando ginebras y jugando a las cartas, ahora buscaban mejores posiciones, convertidos en un público ávido de acción. En esos instantes siento un chistido desde un costado. Era un muchachito, que me lanzaba un poncho al grito de: _¡para que la cosa no sea tan despareja! / No veía la forma de que un pedazo de tela pudiera ser de utilidad en esas circunstancias pero enseguida, en un arranque de ebullición ancestral, envolví mi brazo izquierdo con aquel poncho y me posicioné como para repeler el inminente ataque de mi clon. / Sin previó aviso se lanzó sobre mi como fiera salvaje. Su fuerza era inusitada y tuve que esforzarme sobremanera para poder contener su atropello. Sin embargo, luego de un par de interminables minutos, logró desestabilizarme y mi espalda quedó pegada al suelo. Reiteradas ocasiones el facón había rozado mi brazo cubierto con el poncho pero apenas me lastimó. Fue entonces que advertí que mi rival me estaba ofreciendo una ventaja: vaya a saber por qué razón se había olvidado de ponerse, bajo la camisa, la vestimenta que empleamos en los viajes temporo-espaciales. La misma es de un material liviano pero de una resistencia extraordinaria. No podía dejar pasar una situación así. Liberé mi brazo del poncho que lo cubría y se lo arrojé a la cara. Esos segundos de distracción bastaron para que pudiera apoyar mis manos en el suelo y asi obtener la fuerza necesaria para empujar con mis piernas a mi contrincante. Cuando finalmente logró zafar del poncho la situación se había modificado: era él quien tenía ahora la espalda contra el piso, aunque todavía tenía el facón en su poder. Comenzé entonces a ejercer mayor fuerza sobre su brazo. Paulatinamente fui logrando torcer su muñeca y haciendo que el facón apuntase a su pecho. Todas estas acciones acontecían a gran velocidad, pero para mi, y supongo que para él también, todo parecía transcurrir en cámara lenta, como si la muerte se deleitase en hacernos ver lo endeble y lo efímero que es la existencia, que en definitiva, ella, la muerte, siempre obtiene ganancias de los enfrentamientos humanos. / Yo estaba listo para dar el golpe certero que podía acabar con su vida. Pero dudaba, temía aniquilar a ese ser. ¿No era un humano más? De pronto mi rostro se desvirtuó por una mueca de contradicción, de confusión y de perdición. Él, mi doble, me miraba fijo. Primero con sus labios esbozando una sonrisa sarcástica, luego comenzó a reir, a carcajadas, perversamente. Ello me perturbó enormemente. ¿Por qué reía ante su muerte? ¿O acaso nunca creyó que me atrevería? Seguramente sabía que jamás, en mi larga trayectoria, había asesinado a persona alguna. Pero en ese instante, en esas circunstancias, su desafiante actitud y las últimas palabras que pronunció, sumado al hecho de saber que nunca desistiría de su intención de matarme, desencadenaron los mecanismos de la locura y de la sed de sangre: _¡Házlo ya Juan!...mi vida no tiene valor...además has fracasado en tu misión... Mariano Moreno y su revolución tienen los días contados...vos también has d... / No llegó a terminar la frase. El facón clavado en su pecho se lo impidió. Un irracional impulso, mezcla de pasión, odio y locura, encegueció mi alma, quizás por el resto de mis días. / Ya no sé cuanto tiempo permanecí tirado junto al cuerpo inerte de mi clon. Cuando al fin reaccioné la sangre emanada manchaba mis manos y mis ropas. ¿Pero se trataba realmente de su sangre o era la mia propia? ¿Había acabado con su vida o era la mía la que había aniquilado? Me dieron ganas de vomitar ante la visión de aquella escena y entonces desperté, afiebrado, en el viejo catre que me ofreciera José. Mis ropas ensangrentadas sobre una silla me daban la certeza de que todo aquello no había sido una pesadilla más. // CONTINÚA
26 nov 2010
EL VIAJERO, parte cinco
No puedo decir que tuve un sueño reparador. Mientras mi conciencia dormía mi subconciencia se perdía en un vertiginoso torbellino de imágenes y palabras. Me vi parado en la plataforma de despuegue de la astronave madre, listo para ser transportado al tiempo y el espacio de mi nueva misión. Horas antes había recibido las instrucciones para la ejecución de la misma. Eran lineamientos generales que debíamos seguir, aunque, a decir verdad, contábamos de un amplio margen de acción para el cumplimiento de nuestros objetivos. Estando ya en la realidad donde debíamos operar no podíamos darnos el lujo de esperar mucha ayuda externa, simplemente por que muy pocas personas sabían quienes eramos y cuales eran nuestros objetivos. De allí el tremendo impacto que fue encontrarme con mi doble. / Cuando ya estaba alejándome de una pulpería escucho una voz familiar que me grita: _¿A donde crees que vas tan apurado, eh? . Cuando me di vuelta comprendí al instante porque aquella voz me resultaba tan familiar: ¡era mi propia voz! o, mejor dicho, ¡la réplica de mi voz siendo emitida por un sujeto que, a simple vista, era yo! / Qué extraordinaria habrá sido mi sorpresa que el clon continuo avasallando mi silencio con sus punzantes palabras: _¿No pensastes que pudieramos seguirte hasta aqui, verdad? La corporación te considera una amenaza y me ha encomendado tu aniquilamiento. Qué ironía, ¿no? Tanto te apasiona la historia y pronto pasarás a formar parte de ella. / Mientras me decía todo esto se había estado acercando a mi con paso firme y resuelto, aprovechando mi aparente parálisis ante semejante aparición. (continúa)
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