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8 nov 2010
LAS LANZAS MONTONERAS Y EL ODIO QUE SOBREVIVIÓ A JUAN MANUEL DE ROSAS, por E. Galeano, parte 4
31 oct 2010
LAS LANZAS MONTONERAS Y EL ODIO QUE SOBREVIVIÓ A JUAN MANUEL DE ROSAS. por Galeano, parte tres
28 oct 2010
LAS LANZAS MONTONERAS Y EL ODIO QUE SOBREVIVIÓ A JUAN MANUEL DE ROSAS. Galeano, parte dos
27 oct 2010
NESTOR KIRCHNER, HOY NOS DEJASTES, PERO HAS INGRESADO A LA HISTORIA GRANDE DE LA ARGENTINA
Hoy no pretendan racionalidad analítica. Voy a escribir con el corazón. Porqué en la política la pasión juega también su papel. Y Néstor KIRCHNER era un apasionado de la política. Un animal político que vivía por y para la política.
Pero hoy, día que se realiza el Censo Nacional 2010, el ex presidente de la Argentina y potencial candidato a la presidencia en el 2011, paradójicamente, dejó de ser un argentino más de los que quedarán registrados en las estadísticas de un censo que, dicho sea de paso, fue fervientemente defendido por él.
Néstor KIRCHNER se fue, nos dejó. Pero hoy vuelve a evidenciarse que Historia y Política se vinculan inevitablemente; ambas se retroalimentan necesariamente. Hoy KIRCHNER ya no está fisicamente entre nosotros, pero ya es parte de nuestra riquísima y compleja historia nacional.
Será recordado como uno de los mejores presidentes que hemos tenido en estos escasos pero prolíficos doscientos años.
Y para ser sinceros no son muchos los mandatarios que tienen el mérito de ser recordados por su pueblo. Es que de eso, justamente, se trata la certeza de que alguién formará parte de la historia grande de un pueblo: el ser recordado con amor y admiración. Cuantos gobernantes han merecido el dolor y las lágrimas del pueblo?
Por supuesto, muchos espíritus egoístas, perversos y escasos de visión histórica se preguntarán de que sirve que te recuerden, que te lloren o te admiren después de muerto. Jamás comprenderán que ser parte de la historia grande de un país implica una victoria sobre la muerte. No ha muerto quien sigue siendo amado, recordado, estudiado.
Las acciones y las ideas de tales personajes históricos siempre estarán siendo revisitadas, reinterpretadas por nuevos actores sociales que continuaran la lucha de quienes ya no estan. Y KIRCHNER hoy entra en la historia para siempre.
24 oct 2010
LAS LANZAS MONTONERAS Y EL ODIO QUE SOBREVIVIÓ A JUAN MANUEL DE ROSAS, Eduardo Galeano, parte uno
LUNA SALVADORA
"¡Dale Gus, corré más rápido o nos atrapa!" El que me grita, desesperado, es Mara, mi primo, quien ya me ha sacado varios metros de ventaja en nuestra alocada carrera. Nunca lo había visto correr tan velozmente. Será por que jamás tuvimos que huir de un "familiar", ¡nombre simpático con el que los lugareños bautizaron a la mascota de Satán! ¿Quién podría considerar a ese perro enorme, espectral y asesino como parte de la familia?
Nos confiamos demasiado. Lo considerábamos extinguido, luego de que aquel paisano, encerrado por su propio patrón en los túneles del ingenio azucarero, le diera muerte. Pero ahora sabemos que el perro diabólico no es un mito: ¡es una realidad que cada vez está más cerca de devorarnos!
Jamás debimos entrar a molestar a las ancianas de la Salamanca. Era verdad lo que decían: las brujas sanaron las heridas del animal y le dieron refugio hasta que Lucifer se dignase a perdonarlo y volviera a necesitar de sus servicios.
Una luna gigante ilumina por completo el cañaveral. Solo tenemos una posibilidad: llegar hasta la pequeña capilla de los zafreros.
Pero dudo en poder lograrlo. El cansancio en mis piernas es abrumador. Puedo oler el azufre que el aliento infernal de la bestia disemina en el aire.
No quiero mirar atrás. Sé que está a punto de morderme los talones. Una plegaria sale de mi boca: "ángel guardian, si en verdad me proteges, hazte presente" Mara ha llegado finalmente a la capilla y parece estar por derribar la puerta con la fuerza de sus golpes. Pero nadie responde.
Es el fin. Caigo rendido junto a los pies de mi primo. Su rostro es fiel retrato del espanto. El monstruo canino de pronto lanza un aullido aterrador. Una luz intensa le quema el pelaje y huye. Es la luna la que se ha reflejado en la cruz metálica de la capilla, salvándonos la vida. //
22 oct 2010
BLUES FINAL
En mitad de la noche senti la necesidad de levantarme para prepararme un trago. Bueno, para ser sincero, hacía varias semanas que no lograba tener placenteras horas de sueño.
Mi médico me había informado de una enfermedad terminal y desde ese momento ya no pude dormir tranquilo, como si no fuera necesario tener que pasar esas horas desconectado de la realidad: ¿para qué dormir tanto cuando me quedaban tan pocas horas de vida?, me preguntaba.
Estaba por regresar a la cama cuando veo, desde mi ventana, a una mujer (eso fue lo primero que supuse), completamente vestida de negro, parada junto a la puerta de mis vecinos.
Por largo rato la espié. Permanecía inmóvil, como si estuviese esperando el momento oportuno para actuar. Finalmente se movió, pero lo hizo con una lentitud exagerada, sabiendose dueña de todo el tiempo del mundo.
De pronto giró su cabeza y en su pálido rostro no había ojos, solo dos abismos a lo desconocido. Todo lo demás, lo que sucedió luego, me pareció lo apropiado, lo justo.
Mis vecinos era gente muy buena, honesta, labororiosa, pero por sobre todas las cosas, era jóvenes, con toda la vida por delante y, además, padres de niños muy pequeños. Pensé en llamarlos por teléfono y advertirles del peligro. Pero, ¿para qué darles semejante susto?
Para mi estaba claro que la dama de negro venía por mi, solo que, por el momento, estaba algo desorientada.
Entonces serví dos copas de mi mejor vino y me dispuse a disfrutar por última vez de lo que màs me gustó en mi vida: escribí esta historia, que no tiene nada de ficción;y busqué mi disco de blues favorito, y abrí la ventana para que la melodía llegase hasta el patio de mis vecinos.
Esas señales, pensé, tenían que dejarle en claro a aquella entidad cuàl era su objetivo correcto, puesto que supuse, nuevamente, que debía saber todo sobre mi, y sobre todos.
Aunque les parezca raro mi visita fue muy educada. No entró por la ventana abierta, volando, como me lo había imaginado. Tocó el timbre de calle. Abrí la puerta y la invité a pasar. //
21 oct 2010
DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO
19 oct 2010
DE LEALTADES Y TRAICIONES, parte dos
Decía en mi entrada anterior que daría la impresión que las nuevas generaciones de votantes no dependiesen tanto de las tradiciones políticas de sus padres.
Fundamentalmente porque no existió una afinidad de estos con los sucesos políticos de su tiempo. Las malas experiencias alejan a las personas de la dimensión política de una sociedad y ese desinterés puede llegar a ser absorbido por los más jóvenes.
Esta desvinculación ciudadano-tradición política puede llegar a ser considerada positiva cuando apreciamos que en muchas otras oportunidades la tradición política familiar es tan potente que termina por cegarnos de la realidad. En 1995, por ejemplo, voté por la reelección de Carlos Menem aun advirtiendo que su política iba a contramano de muchos aspectos que habían caracterizado a los gobiernos de Juan Domingo Perón.
Si bien es cierto que Menem fue reelegido presidente por que aún no eran tan evidentes las nefastas consecuencias de su política neoliberal, se me ocurre que mucha gente lo votó, al igual que yo, más que por un pragmatismo alardeado por el mismo presidente, por no romper con lo que dictaba la tradición política familiar.
Es que en el imaginario de muchos Menem continuaba representando un caudillo del interior, un populista pleno de carisma. Es decir, un peronista de ley, heredero legítimo del legado del General. Eso nos quería hacer creer (y lo logró!) cuando afirmaba que si Perón estuviera vivo sin duda actuaría igual que él.
Pero la realidad nos mostraría que Menem no fue leal a Perón ni a nosotros al reconocer que si en las campañas electorales decía la verdad sobre lo que iban a ser sus políticas nadie lo hubiese votado. Él nos mintió, nos traicionó y muchos como yo legitimamos esa traición por ser, paradojicamente, leales a la tradición política familiar. //
17 oct 2010
DE LEALTADES Y TRAICIONES
17 de octubre, día de la lealtad peronista, originada en aquella jornada histórica de hace 65 años atrás, cuando multitudes de trabajadores ganaron las calles del gran Bs.As y la capital federal para reclamar la liberación del futuro líder del Justicialismo, Juan Domingo Perón.
Un comentario que leí hoy en Facebook decía que en el gobierno actual no hay peronistas. Pero, entonces, si no son peronistas, ¿que son? Ello me llevó a reflexionar sobre la tradición peronista, las lealtades y las traiciones.
Se me ocurre que lo primero que debo aclarar es que soy peronista por tradición familiar. Mi viejo, nacido en el 44, casi junto al peronismo, siempre fue peronista. E intuyo que mi abuelo, Don Pedro Diaz, también se hizo peronista cuando algo, o mucho, de la realidad de los sectores más postergados de la sociedad comenzó a modificarse gracias a un gobierno que se preocupaba por ellos y por la gran masa de los trabajadores argentinos.
Dicho esto, podríamos adéntrarnos en un debate sobre el peso real de las tradición político-familiar en la configuración de una identidad política propia. Es probable que la influencia de la tradición política ya no sea tan decisiva en las generaciones más jovenes que deben votar, cuyos padres ya vivenciaron tiempos de desencantos varios, de dictaduras y el debilitamiento del sistema político argentino, proceso que, a veces con mayor o menor intensidad, aún perdura.
Sin embargo, las tradiciones pueden todavía actuar sobre la decisión del sujeto elector. Y pueden causar fuertes contradicciones internas al advertir que la realidad te da señales que no son las mismas que la tradición te dice; pero uno se resiste a modificar su pensamiento y su accionar por permanecer leal a esa tradición político-familiar y sus símbolos más emblemáticos. (continua)