RUBEN DARIO SALAS: EL 18A (2013): UNA SÍNTESIS DE CULTURA DE LA MUERT...: El 18 «A», como la abreviatura de Abril lo muestra, expresa esa actitud mimética nacida en otras realidades ante situaciones muy simil...
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Iniciando la presente publicación tienen ustedes la posibilidad de acceder al análisis que hace el Profesor Salas, considerando fundamentalmente aspectos sociológicos de la manifestación ciudadana del reciente 18 de Abril.
Cada tanto me tomo el atrevimiento de compartir, aquí en mi blog o en las redes sociales que suelo frecuentar, publicaciones de Rubén Darío Salas o de Víctor Gabriel Gullotta, dos de mis referentes ineludibles a la hora de abordar cuestiones histórico-filosóficas y/o político-sociológicas.
Ambos tienen una destacada trayectoria en la docencia y en la investigación histórica, por lo que es un verdadero placer compartir y difundir su pensamiento con los lectores de mis publicaciones; y dicho placer se potencia aún más cuando creo advertir que sus ideologías y maneras de ver el mundo se aproximan a las mías.
En definitiva, sus publicaciones, las que comparto con ustedes, verdaderas joyas intelectuales, me dan la chance de exponer mis propios puntos de vista, sin dudas más limitados, tanto en la capacidad de profundizar en los aspectos cruciales, como en su fuerza expresiva o comunicativa, pero sin dejar de ser un intento sincero de participación en la reflexión y el debate de los procesos sociales que configuran nuestra existencia.
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Dentro de nuestras posibilidades cognitivas iremos abordando de a poco algunas cuestiones planteadas por el profesor Salas, aunque aquí y ahora quiero señalar algunos aspectos que hacen a mi predisposición frente a tal publicación y a las circunstancias que, de algún modo, le otorgan un contexto a mi propia necesidad de sumarle un relato, de volver a escribir.
Es que, en lo que va del mes de Abril, no escribí en mis blogs. Puede decirse que había perdido el interés en hacerlo y que una poderosa razón para tal comportamiento residía en una persistente declinación de mis estados de ánimo.
Son varias las causas profundas que podrían explicar esa falta de interés en la escritura -e incluso en la lectura-, pero nombraré solo la situación económica adversa y el desinterés del otro por mis opiniones escritas. Pareciera entonces que esas causas tendrían, por un lado, un poderoso componente material -monetario-, y, por otro lado, un componente más bien sensible, subjetivo.
Por supuesto, que esos estados de autoestima declinante y las razones que los producen no son permanentes sino más bien discontinuos, con importantes fluctuaciones, dependiendo de las estrategias psicológicas que se adopten para hacer frente a la realidad.
Así por ejemplo, amigos y referentes como Gullotta me han señalado lo relevante de no estar tan pendiente de quienes me leen o de sus opiniones. Trato de interiorizar su consejo pero a veces pesa más un razonamiento que me dice que escribir es una de las pocas actividades donde puedo destacarme, por consiguiente, que no importe o se desprecie mi palabra escrita equivaldría prácticamente a no existir.
En lo que refiere a la problemática económica debo especificar, por ejemplo, que si bien no sé cómo llegaré a fin de mes y que en los próximos días me quedaré sin señal en el celular por falta de pago, mi real situación pasa más que nada por una deficiente gestión de los recursos monetarios.
Se que muchos se estarán preguntando el sentido final de explicitar mis problemáticas emocionales y financieras en el presente post y su real vinculación con la temática de la marcha del 18 de abril. Paciencia, todo tiene una conexión entre sí pero no siempre es visible a simple vista ni resulta conveniente precipitar las argumentaciones, mucho menos las consecuencias.
Decía entonces, que entre los varios méritos de la publicación del profesor Salas se halla haberme impulsado a volver a escribir, aunque a muchos les resulte patético o indiferente mi texto.
Es que el profesor hablaba de la existencia de varios grupos o clases sociales y, a su vez, de subgrupos dentro de las mismas.
Un observador de mi situación económica podría preguntarse a qué grupo o subgrupo social pertenezco y también podría preguntarme porqué defiendo o simpatizo con el gobierno nacional.
Pues bien, antes de ensayar una respuesta, yo puedo contraatacar preguntando lo mismo, o mejor dicho: ¿Cuál consideras que es tu grupo social de pertenencia? Y, cuestión clave, ¿porqué criticas todo lo que hace, o no hace, el gobierno nacional? ¿El porqué de tanto odio a la figura presidencial?
Posicionarse en un determinado sistema de ideas y/o creencias es producto de complejos procesos cognitivos y emocionales cuya comprensión no suele estar al alcance de la mano, lo que no debiera desalentar los deseos e intenciones de saber algo más del porqué adoptamos ciertas posturas ideológicas y no otras.
Dicho esto, yo podria conjeturar las razones que sustentan tu posicionamiento; podría también indagar e intentar refutar cada una de tus argumentaciones; pero lo que no sé es si podría lograr que cambies tu manera de pensar. Porque si bien es cierto que cada quien tiene su parte de verdad, no aceptamos ceder posiciones frente a la verdad del otro.
CONTINÚA, en cuanto pueda.
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