En las últimas páginas de "Historia de la Nación Latinoamericana", en el capítulo titulado: De Bolívar a las Malvinas, Jorge Abelardo Ramos nos ofrece su interpretación histórica de la Guerra de Malvinas.
¤Breve historia de piratas¤
"En 1806 desembarcaron en las proximidades de Buenos Aires 7.000 soldados británicos. Venían al mando del general Beresford. Ocuparon a una Buenos Aires aldeana con toda facilidad. Beresford se instaló en el Fuerte (actual Casa de Gobierno en la Plaza de Mayo) y comenzó a estrechar lazos con algunas familias de la "gente decente". Pero los gauchos de los alrededores se organizaron en milicias y con algunos regimientos españoles y criollos, empezaron a luchar. Las mujeres, desde los techos bajos de las casas cercanas al Fuerte, arrojaban sobre los ingleses aceite hirviendo y grandes piedras. Se luchó casa por casa y los criollos vencieron a los soldados del rey inglés. Beresford fue tomado prisionero pero logró huir, ayudado por Saturnino Rodríguez Peña. Este porteño anglófilo fue pensionado de por vida en el Brasil por el gobierno de Su Majestad. Al pasar del tiempo transcurrido, todavía Beresford cuenta en la Argentina con abnegados amigos. Al año siguiente, el Impero británico persistió en el intento. En 1807 aparecieron 110 velas en el Rio de la Plata. Desembarcaron esta vez 12000 hombres al mando del general Whitelocke. Derrotados por los criollos, fueron capturados y reexpedidos a Inglaterra".
"La tercera invasión inglesa obtuvo mayor éxito. En 1833 desembarcaron en las islas Malvinas y se quedaron 150 años.
Para imponer su presencia comercial en los ríos interiores argentinos, una flota anglofrancesa se abrió camino en el Paraná en 1845. Escasas fuerzas argentinas, al mando del general Lucio Mansilla, tendieron una cadena, a falta de naves nacionales, en la famosa batalla de la Vuelta de Obligado. En 1877 una cañonera británica pretendió intimidar al gobierno argentino para favorecer una maniobra financiera poco clara de un gerente inglés en un Banco de la ciudad de Rosario. Finalmente, en 1982, la flota de la reina, cargada de oficiales coloniales y de gurkas degolladores, con un refinado armamento electrónico, reocupó las Islas Malvinas, y estableció una base con armamento nuclear en el suelo de América Latina".
¤Antes de Galtieri ¤
"Un año antes de la reconquista de las Malvinas se hizo perceptible que los ingleses, al cabo de 150 años de intercambio de notas diplomáticas, se disponían a mover otra pieza en su tablero estratégico.
Por un lado habían resuelto deshacerse de su flota, reliquia de mejores tiempos imperiales. Por otro, aspiraban a contar con las islas Malvinas a un bajo costo y a la luz de las exigencias de su posición actual en el mundo. Esto último debe entenderse en el sentido de proceder sin dificultades a la explotación del petróleo del área malvinense, que los geólogos consideran de una capacidad mayor que la de Arabia Saudita, y a la industrialización del krill, pequeño crustáceo de alto poder proteico, que es una de las mayores reservas mundiales en materia de alimentación. Finalmente, reforzar la importancia inglesa en la OTAN, mediante el control militar del estrecho de Drake y sus aspiraciones a la Antártida. Pero Inglaterra no deseaba negociar con Argentina. Advirtió mediante el M16 (Servicio de Inteligencia Británico) en Buenos Aires, que la Argentina no aceptaría el cumplimiento de los 150 años de la ocupación inglesa en las islas sin una modificación sustancial de dicha situación. Desde 1965, en los Estados Mayores de las Fuerzas Armadas se venían realizando anualmente ejercicios y planes alternativos para la ocupación de nuestro archipiélago. Sólo faltaba la decisión política. A partir del año mencionado, siempre hubo planes militares para la acción inmediata".
"Los ingleser elaboraron un proyecto maestro a bajo costo, truncado el 2 de abril de 1982 por la ocupación militar de las Malvinas. Ese plan consistía en "descolonizar" las Malvinas. Se trataba de fundar de la noche a la mañana un nuevo "Estado soberano", el de las Falkland Islands", con un primer ministro (quizás el mismo barman del único pub de Port Stanley), pedir a las grandes potencias un intercambio de cónsules y solicitar su admisión a las Naciones Unidas y a la OEA. El reconocimiento diplomático de Gran Bretaña, Estados Unidos y demás socios de la OTAN europea sería inmediato. No menos fulminante sería el tratado que el flamante primer ministro malvinés firmaría con Estados Unidos, otorgándole un contrato de arriendo por 99 años para la construcción de una base aeronaval, que sería luego puesta a disposición de los socios de la OTAN. La intriga no sólo encajaba dentro de la tradición de Lord Ponsonby sino también en el plan de austeridad fiscal impuesto por el gobierno conservador de la señora Tatcher. Nada podía ser más oportuno que llevar a cabo la operación diplomática en el feliz año de 1982, en que al fin un verdadero presidente militar pro-occidental se había hecho cargo del gobierno en la Argentina".
¤ Los generales argentinos occidentales se enfrentan con Occidente ¤
"En diciembre de 1981 el general Galtieri y su nuevo canciller, el Dr. Nicanor Costa Méndez, se habían referido públicamente a la necesidad de purificar, "blanquear" la política exterior de la Argentina. Esto no era nuevo. Ya el ministro del Interior precedente de la dictadura, general Albano Harguindeguy, se había envanecido en una conferencia de prensa de que la "Argentina se cuenta entre los dos o tres países blancos del mundo". Al mismo tiempo, expulsaba del país a trabajadores chilenos, bolivianos y paraguayos."
"Cierto tipo de militares latinoamericanos participaban del mismo punto de vista. Por ejemplo, el general Boliviano Vázquez Semperteguí, ilustre pensador contemporáneo, de la misma escuela filosófica que el general argentino, había dicho: "Hay que mejorar la raza mediante la inseminación artificial"".
"El general Galtieri afirmó que era imperioso ubicarse junto al Occidente. Su canciller, el Dr. Costa Méndez, se refirió despectivamente al conjunto sospechoso de los Estados del Tercer Mundo. El general Calvi, jefe del Estado Mayor del Ejército, había elogiado, por su parte, las relaciones argentinas con la racista Sudáfrica. El genio inventivo de García Márquez quedó reducido a la nada cuando la elusiva y fabulosa Clío desenvolvió toda la intriga. Los Estados Mayores de las Fuerzas Armadas, advertidos de los planes británicos, resolvieron precipitar la acción de reconquista de las Islas Malvinas. Fundaron su decisión en varias hipótesis, todas erróneas. La primera de ellas era la neutralidad benévola de Estados Unidos en la solución del problema. Resultaba lógico para los militares argentinos suponer que el gobierno norteamericano, agradecido por el envío de 500 instructores militares a Centroamérica para ayudar a los planes yanquis de invasión de Nicaragua y El Salvador, jamás actuaría contra los intereses argentinos en las Malvinas. Tampoco Gran Bretaña, en vísperas de vender su flota, y aliada de Estados Unidos, reaccionaría mediante acciones militares. Era sensato suponer que Estados Unidos mediaría para lograr una solución tan satisfactoría para su aliado anticomunista del Sur como para su aliada europea de la OTAN. Por lo demás, se contaba con el apoyo diplomático mayoritario en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Pero nada de eso ocurrió. Sucedió exactamente lo contrario. El 3 de abril, al día siguiente de la ocupación argentina, en el Consejo de Seguridad votaron contra la Argentina tres de los gobiernos que cuentan con poder de veto: Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Los dos gobiernos que también son miembros permanentes del Consejo de Seguridad y asimismo tienen poder de veto, se abstuvieron en la votación: fueron los gobiernos de la URSS y de China. Sólo un país, de la América Criollo, votó gallardamente a favor de la Argentina en el Consejo de Seguridad. Fue la República de Panamá, por la boca de su canciller, el Dr. Jorge Illueca. En esa misma tierra, en 1826, el Libertador Simón Bolívar había convocado a los Estados emancipados del Imperio español a reunirse en una gran Federación. De Panamá regresaba ahora el eco del gran mensaje, que parecía olvidado para siempre. Y así fue: Bolívar, Panamá, las Malvinas."
"Hasta último momento, a mediados de abril, Galtieri y los generales esperaron que Estados Unidos cumpliera con sus amigos del Sur. Cuando el presidente Reagan anunció que su gobierno apoyaría con todos sus medios a Gran Bretaña, ya navegaban en aguas del Atlántico Sur los submarinos atómicos ingleses. Su bloqueo marítimo impidió a la Argentina la afluencia del material de guerra, en particular la artillería de costa de 155 mm, que habría vuelto inexpugnable la invasión inglesa a las Malvinas. Recién entonces, los generales argentinos prooccidentales comprendieron que había que enfrentar una guerra con el Occidente colonialista. Entraron en guerra cuando ya era tarde para hacerlo. Si hubieran sabido desde el principio lo que ocurriría, jamás hubieran ocupado las Malvinas. El general Galtieri se volvió antioccidental; y el Dr. Costa Méndez, abogado de grandes empresas inglesas, pronunció excelentes discursos antiimperialistas. Estos cambios son frecuentes en la historia universal. Más allá de las intenciones y propósitos de los participantes, los acontecimientos que desencadenaron son infinitamente más importantes que los circunstanciales actores. Hegel llamaba a tales disparidades: "ironías de la historia. Los generales debieron declarar abominable todo lo que habían adorado y dar vuelta el poncho bajo el torrente de hierro y fuego. América Latina y el Tercer Mundo los esperaban".
EXPLICACIÓN HISTÓRICA DE FONDO DE LA CRISIS DE LAS MALVINAS
"La inesperada guerra del Atlántico Sur exigevna dilucidación más profunda que los simples hechos narrados o que una investigación del misterio psicológico del general Galtieri. Es perfectamente trivial, cuando no rídiculo, suponer que la mayor operación de guerra aeronaval emprendida por la tercera potencia militar del mundo desde la crisis del canal de Suez en 1956, obedeció a que el general Galtieri pretendía mejorar su "imagen" o aspiraba a quedarse en el poder. No han faltado aquellos que han visto en el drama de las Malvinas un duelo entre la democracia inglesa y la dctadura argentina".
"La explicación esencial reside en que la imponente arquitectura económica, política y cultural erigida sobre la complementación productiva y comercial entre el Imperio británico y el Río de la Plata (Uruguay incluido) ha desaparecido para siempre. Duró algo más de un siglo. Después de cien años de esplendor ya nada queda de aquella alianza que llegó a su cima en la década posterior a la muerte de la reina Victoria y que luego declinó lentamentente. Había constituido una expresión notable del intercambio entre los "países-granja" y la "nación-taller", una verdadera muestra in vitro de las teorías de Adam Smith. Por lo demás, la contribución inmigratoria de los países agrarios atrasados de Europa permitió construir una sociedad criolla europea, con una pátina de modernidad. De tal manera se formó una clase media demoliberal con fuertes propensiones imitativas en el orden cultural, tanto como en el orden político, así como una oligarquía dominante intensamente educada en las normas de los refinados consumos de la plutocracia europea. La "semicolonia próspera" comienza a desaparecer y a hundirse en una crisis profunda a medida que Inglaterra y Europa se retiran del Río de la Plata. La fundación y funcionamiento del Mercado Común Europeo hacia 1960, va a cerrar el período.(...)"
"La Comunidad Económica Europea se esfuerza por encerrarse en sí misma, en procurar un mercado paneuropeo y en realizar su propio abastecimiento agrícola y ganadero. En el año 1981 la Europa de la CE exporta al mercado mundial 600.000 toneladas de carne subsidiadas con "precios políticos". Esto no sólo significa la ruptura radical con los países del Plata que durante un siglo habían abastecido con sus praderas al consumidor europeo, sino tambien el fin oficial y categórico del "liberalismo económico" y de la "división internacional del trabajo". Todas las clases sociales ligadas en la Argentina al comercio exterior con el Viejo Mundo, quedan marginadas. Y todos los símbolos literarios, jurídicos y políticos elaborados durante el prolongado período histórico de complementación que acabo de señalar y que habían destacado a la Argentina como al "país más europeo y menos latinoamericano" de la América Criolla, se ofrecen a la curiosidad pública como piezas anacrónicas: las razas inglesas de toros Shorton, las categorías libre-empresistas de la oligarquía pampeana, el orgullo dudoso de pertenecer a una raza blanca (dentro del área bonaerense) y hasta el propio poeta Borges sobreviven como reliquias de una época que ha tocado a su fin."
"El enfrentamiento armado por las Malvinas habría sido inconcebible tres décadas antes: ningún gobierno argentino lo hubiera emprendido y ningún país europeo habría respondido con la guerra. Pero ya nada unía a la Argentina ni con Inglaterra ni con Europa, convertida al más cerrado proteccionismo. La guerra de las Malvinas, por el contrario, pondría a prueba, como en un laboratorio gigantesco, la solidaridad política, económica y militar latinoamericana con la Argentina. La patria bolivariana resurgiría nuevamente ante el asombro del mundo entero.
¤ El giro militar en las Malvinas y el doble carácter de los Ejércitos latinoamericanos¤
"El brusco viraje de los generales argentinos hacia la guerra con Inglaterra y la adopción de un lenguaje anticolonialista requieren algunas observaciones".
"En su mayoría, los oficiales de las Fuerzas Armadas en América Latina, proceden de las clases medias. Del mismo modo que los egresados de las Universidades, los miembros de las Fuerzas Armadas están sometidos a las presiones políticas y culturales de todas las fuerzas que libran su batalla en las frágiles sociedades de América Latina. Esto explica las mutaciones corrientes de los Ejércitos".
"Los aviones argentinos, a un alto costo de vidas, lograron destruir, dañar o hundir a numerosas fragatas misilísticas, poner fuera de combate al portaaviones Invencible, dañar seriamente al portaaviones Hermes, hundir en total a cerca de 30 naves y poner en crisis al esquema marítimo militar de la OTAN. En efecto, la flota de la OTAN está compuesta por naves de alta complejidad electrónica, envueltas en una delicada película de aluminio. Hasta los aviones Pucará, fabricados en Argentina, lograron perforar el aluminio. Los jefes de la OTAN siguieron con los ojos bien abiertos la prueba de fuego del Atlántico Sur. Si se considera que la única flota de guerra del mundo que está acorazada con planchas de acero es la soviética, bastará para señalar que los pilotos argentinos han desbaratado el perfil bélico de la flota de la OTAN. En segundo lugar, las adaptaciones a tierra de los Exocet, concebidas por ingenieros argentinos, y los vuelos de la aviación nacional a sólo 3 metros del agua, que burlaron todos los dispositivos de prevención del radar de las naves, constituyeron una prueba más de los factores políticos de toda guerra."
"La historia militar propiamente dicha de la guerra está en elaboración, pero si se pone a un lado la impericia de ciertos generales, no hay duda de que la imponente flota inglesa estuvo muy cerca de ser aniquilada."
"Hay algo más importante todavía: Ha saltado por los aires el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, firmado en Río de Janeiro en 1947, para uso privado de los Estados Unidos. Es un simple papel mojado. La Doctrina Monroe ha sido enterrada por los propios norteamericanos con pocos honores. Ha quedado destruida también la "Doctrina de la Seguridad Nacional", la teoría de las "fronteras ideológicas" y el mito de los valores de Occidente". Ahora, los militares argentinos saben que los valores de Occidente se cotizan en la Bolsa de Londres. La integración argentina al Tercer Mundo enseñará a las Fuerzas Armadas que si los europeos y norteamericanos gozan de un modo de vida occidental, los latinoamericanos padecen de un modo de vida accidental. Tales lecciones han sido recogidas en las aguas ensangrentadas del Atlántico Sur y nadie podrá olvidarlas".
"Ha quedado en evidencia que los países del Pacto Andino pueden y deben reemplazar las menguadas compras de la Comunidad Económica Europea. La oleada de entusiasmo patriótico y fervor antiimperialista debe ser incluida en este sumario balance".
"Los cambios generados por la guerra con Inglaterra obligaron a la dictadura militar a trascendentales modificaciones en su política exterior. De acuerdo a un informe de la CIA al Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, publicado en Washington, la crisis de las Malvinas impulsó a los Estados Unidos a practicar modificaciones profundas en su estrategia en Centroamérica. En efecto, según dicho informe, el compromiso adquirido por el general Galtieri de enviar instructores militares para hostilizar a Nicaragua y El Salvador, se quebró por la conducta observada por Estados Unidos al apoyar a Inglaterra. Dichos instructores, dice el informe de la CIA, fueron retirados; y la heroica República de Sandino experimentó así el primer beneficio de la lucha en Malvinas. Estados Unidos debió enfrentar por sí mismo y abiertamente la defensa de su política agresiva hacia Centroamérica".
"El abrazo del Dr. Costa Méndez con Fidel Castro en La Habana, por lo demás, simbolizó la reorientación no ideológica, sino política, que la Argentina de la dictadura militar se veía obligada a adoptar a causa de la guerra. Al concurrir a Managua, Nueva Dehli y Belgrado, los representantes militares de la Argentina debieron aceptar que nuestro pais se encuentra en el campo revolucionario de la historia moderna, es decir, en el Tercer Mundo".